Mientras las autoridades viajan por el mundo comprometiéndose a dejar el crudo del ITT bajo tierra a cambio de dinero, el Gobierno sigue al pie de la letra su plan ‘B’ para explotar ese bloque petrolero.
La hoja de ruta estuvo trazada desde marzo del 2007, cuando el Gobierno firmó un memorando de entendimiento para extraer el crudo del campo Ishpingo-Tambococha-Titputini (ITT).
En los últimos cuatro años se han tomado decisiones claves para tener listo el plan ‘B’, en caso de que la otra opción no funcione. Se modificaron los límites de la zona intangible del Yasuní, con el objetivo de bajar las barreras legales para iniciar la extracción de crudo.
Se diseñó un plan para que la petrolera estatal se encargue de la explotación. Se buscaron alianzas con petroleras en la región y en China.
Se ha avanzado en el desarrollo del bloque 31, vecino del ITT, para montar la infraestructura petrolera que permita explotar ambos bloques en un futuro cercano, posiblemente en el tercer trimestre del 2012.
La estatal Petroamazonas está consiguiendo actualmente autorizaciones de las comunidades para empezar las labores de sísmica cuando las condiciones estén dadas.
Todo este trabajo se lleva a cabo sin mayor debate, ya que quienes tienen algo que decir se han concentrado en debatir sobre el plan ‘A’.
Pero si este plan no funciona, la explotación del ITT -que ya perdió la ‘I’, comenzará inmediatamente, sin opciones ni tiempo para cuestionar o auditar el trabajo que se ha realizado previamente.