Ajuste de planes en las aerolíneas

En el Aeropuerto Mariscal Sucre, en Quito.   Las operaciones se desarrollan con normalidad.

En el Aeropuerto Mariscal Sucre, en Quito. Las operaciones se desarrollan con normalidad.

El 2012 se perfila como un año de transición para el sector aeronáutico nacional, luego del cambio de reglas desde enero pasado.

El punto de partida fue la eliminación del subsidio al combustible aéreo. Las empresas empezaron a pagar el valor real del combustible, que ahora fluctúa con el precio del barril del crudo. Si antes pagaban hasta USD 1,24 por galón ahora deben cancelar alrededor de USD 3,04. El Estado subsidiaba un 60% del valor real.

El primer efecto de esa decisión fue el encarecimiento generalizado de los boletos aéreos en todas las rutas, incluso en aquellas donde se mantenía el subsidio al combustible. Se registraron alzas entre el 15% y 40%, con mayor impacto en los vuelos a Galápagos.

Los mayores precios y la proyección de una caída en la demanda de pasajeros obligó a una reducción de costos en la aerolínea LAN, que decidió cortar por lo más delicado: el empleo.

El 25 de enero pasado fueron indemnizados 60 trabajadores, ya que la estructura de la compañía estaba sobredimensionada para la nueva realidad del mercado. Ese mismo día también anunció la reducción de frecuencias en las rutas Quito-Guayaquil y Quito-Cuenca.

La decisión de mantener un subsidio del 40%, únicamente en los aeropuertos administrados por el Estado, fue una ayuda directa para la empresa estatal Tame, que es la única que vuela a Loja, Lago Agrio (Sucumbíos), Esmeraldas, Santa Rosa (Machala) y Tulcán (Carchi), aeropuertos administrados por la Dirección General de Aviación Civil (DGAC).

Tame anunció un incremento de USD 6 por vía en esas rutas, porque de todas formas debía pagar más por el combustible.

Pero esa decisión fue echada abajo desde Carondelet. El Presidente de la República, quien dijo que los pobres no vuelan en avión, ordenó a la empresa pública la reducción de precios. El argumento fue que para potenciar el uso de los aeropuertos estatales se necesitan menores precios, lo cual no afectará a Tame porque no tiene que recuperar las inversiones de tres aviones nuevos, que fueron pagados con recursos públicos.

La empresa cumplió la orden y el precio del pasaje en la ruta Quito-Santa Rosa-Quito, por ejemplo, se redujo en USD34,4.

La ayuda estatal para la empresa pública, sin embargo, causa distorsiones en el mercado.

Guillermo Bernal, presidente de la Asociación de Aerolíneas Nacionales (Adena), dijo que Tame tiene que subsistir con base en la eficiencia. “No debe esperar que el Estado le subsidie las pérdidas al final del año. Así no hay competencia”.

Y para no perder mercado, las empresas están ajustando su modelo de negocio, que puede incluir un cambio en la flota de las aerolíneas, añade Bernal.

El Decreto Ejecutivo que eliminó el subsidio al combustible aéreo dejó sin efecto las exigencias que tenían las aerolíneas para acceder a ese beneficio. Entre ellas, tener una flota moderna, es decir, que el año de fabricación de los aviones sea posterior a 1990.

Para cumplir con esa normativa, según Bernal, las empresas invirtieron cerca de USD 1200 millones. Pero como ya no existe ese incentivo, es posible que las compañías vean en los aviones más antiguos una forma de reducir costos. Además, el Decreto anterior estipulaba que la mano de obra debía ser nacional para que la compañía se beneficie del subsidio. Ahora ya no es obligación la contratación de tripulantes ni pilotos nacionales, lo cual abre la posibilidad de nuevos despidos.

Los ajustes se vuelven prioritarios en un escenario de menor demanda de pasajeros. Las agencias de viajes señalan que la venta de pasajes para los ejecutivos de las empresas se ha mantenido hasta ahora, pero una parte de las personas que viajan por turismo han dejado de hacerlo.

Para revertir esa tendencia, las aerolíneas han lanzado promociones desde hace dos semanas, aunque menos atractivas que en el pasado. En el 2011 se publicitaban pasajes de ida y vuelta a Guayaquil y Cuenca por USD 48. Ahora la oferta es de USD 66.

Punto de vista  Gustavo Rivera/ Consultor  ‘Al país le faltan políticas aéreas’

En las últimas semanas, a raíz del incremento del precio del combustible, hubo incertidumbre en las empresas. La pregunta que se repetía en el sector era:   ¿qué van a hacer las compañías  para absorber los costos y recuperar los niveles de rentabilidad sin afectar el volumen de tráfico?

Eso llevó  a reajustes. Se transfirió el costo del combustible  al usuario. Algunas compañías han reducido personal, otras han reacomodado  sus frecuencias y tarifas. Esto a  través del ‘Revenue Management’, un  sistema informático  que permite   administrar la venta de espacios en el avión.

El  comparativo del tarifario internacional antes y después de la eliminación del subsidio   casi ni se ha movido. Eso muestra que antes las aerolíneas locales,   al vender  pasajes al exterior,   estaban ganando más, aunque tenían  combustible subsidiado. Ahora el precio es similar y sin subsidio.  

En el Ecuador no existe una política aeronáutica integral. Lo que hay es leyes que se hacen  al margen de una política. De ahí que se  establecen acuerdos,  convenios, se autorizan ingresos de aerolíneas. Por ejemplo, cuando se estableció el subsidio al combustible se dijo que una de las ideas era  mejorar la flota de las aerolíneas nacionales. Ahora se  quita. Esto debió hacerse paulatinamente para que el impacto no sea fuerte en el usuario porque las empresas siguen con sus mismos niveles de ingresos y  el usuario es  quien termina  asumiendo  el costo.

Dos decisiones del Gobierno nacional

El subsidio le significó   al Fisco USD 92 millones. El Estado cubría  USD 1,80 por galón. Las aerolíneas cancelaron hasta diciembre del 2011,  USD 1,24. A partir de la eliminación del subsidio, las aerolíneas pagan  USD 3,04.

 En la reunión  binacional entre Colombia y Ecuador,  las autoridades aeronáuticas trataron la   posibilidad de que la aerolínea estatal  Tame ingrese de inmediato a operar rutas como Caracas, Bogotá y  Quito.

Para fomentar  el flujo de pasajeros, los gobiernos de Ecuador y Colombia decidieron que  los vuelos entre ambos países sean considerados nacionales.   Las autoridades prevén que  el usuario pudiera ahorrar     USD 100.

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