Acuerdo político en Grecia sobre ajustes; los sindicatos llaman a la huelga

Los líderes políticos griegos alcanzaron hoy un acuerdo de último momento sobre el programa de ajustes, que despeja el camino a la obtención de un paquete de rescate de la Eurozona, aunque los sindicatos convocaron una nueva huelga para denunciar los recortes.

“Hay un acuerdo general sobre el contenido del nuevo programa” de ajuste, anunció un comunicado de los servicios del primer ministro Lucas Papademos, añadiendo que con esto se abre la puerta al desbloqueo del segundo rescate del país, de 130 000 millones de euros, pendiente desde octubre. Grecia ya había obtenido en mayo de 2010 un primer paquete de ayuda de 110 000 millones.

El acuerdo entre los tres partidos del gobierno de unión nacional (socialistas, conservadores y ultraderechistas) se anunció a pocas horas del inicio de una reunión de ministros de Finanzas de la Eurozona en Bruselas, para discutir el desbloqueo de esos fondos, que salvarían a Grecia de un default en marzo.

El acuerdo topaba con serias resistencias sobre los recortes previstos en las jubilaciones complementarias.

Pero los acreedores públicos de Grecia -Unión Europea (UE) , Banco Central Europeo (BCE) y FMI- exigían un compromiso formal de esas fuerzas políticas con el programa de ajustes, antes de dar un respiro a las maltrechas finanzas griegas.

El FMI echó sin embargo un jarro de agua fría sobre las expectativas, al considerar posible la liberación de un nuevo préstamo para Grecia, aunque era “necesario hacer más” en lo que respecta a medidas presupuestarias y económicas.

Atenas negocia con plazos apretados, pues el próximo 20 de marzo enfrenta vencimientos de obligaciones por 14 500 millones de euros y de no disponer de esa suma caería en una situación de default.

Según filtraciones de prensa, las medidas incluyen un recorte del 22% del salario mínimo (que pasaría a unos 586 euros mensuales para los 325 000 asalariados afectados), reducciones en las pensiones y una supresión rápida de 15 000 empleos en la función pública.

Pero ese nuevo esfuerzo fiscal se lleva a cabo en un contexto social tenso: las dos principales centrales sindicales -Adedy (empleados públicos) y GSEE (privados) - llamaron a una nueva huelga general para el viernes y el sábado, después de la huelga y las marchas que el martes congregaron a más de 20.000 personas en Atenas.

El sindicato comunista Pame llamó a los griegos a salir a las calles este mismo jueves por la noche.

Los sindicatos, al igual que numerosos políticos y analistas, consideran que los ajustes sólo pueden agravar la situación de un país que entra en su quinto año de recesión y que, según se reveló el jueves, superó en noviembre el millón de desocupados (1,02 millones), una cifra en alza de 48,7% respecto a un año antes. En noviembre, el desempleo afectaba al 20,9% de la población activa.

Un default de Grecia podría tener un efecto dominó y comprometer la existencia de la Eurozona, formada por 17 países, según numerosos analistas.

Grecia negocia además con sus acreedores privados una condonación de unos 100 000 millones de euros de su deuda soberana.

La deuda griega totaliza unos 350 000 millones de euros, equivalentes al 160% del PIB, y esa quita le permitiría reducirla al 120% del PIB en 2020.

El programa de reformas debería someterse ahora a la aprobación del Parlamento, con vistas a su votación el domingo.

La coalición gubernamental cuenta con 255 escaños de un total de 300 en la Cámara de Diputados.

El precio político de estas medidas impopulares amenaza con ser elevado para unos partidos que se preparan a celebrar elecciones legislativas anticipadas en marzo o abril. Por esta razón, los acreedores desean el compromiso de todas las fuerzas políticas de que mantendrán el programa de recortes y reformas.

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