Con 78 votos a favor, 25 en contra, uno en blanco y siete abstenciones, la Asamblea aprobó ayer la constitución del Banco del Sur.
Este es el segundo país, luego de Venezuela en dar el sí al proyecto que busca reducir la dependencia crediticia de América del Sur de los organismos multilaterales.
Con la creación del Banco del Sur también se busca financiar el desarrollo económico y social de los países participantes.
El acuerdo para crear el banco, con sede en Caracas, se firmó en septiembre del 2009 por Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Pero para que entre en vigencia se necesita la aprobación de las autoridades legislativas y ejecutivas de todos los países miembros.
“No es simplemente otro banco más, no es otra entidad financiera que impondrá condicionamientos oprobiosos a los países que soliciten préstamos”, dijo el presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Asamblea, Fernando Bustamante.
La institución arrancará con un capital inicial de USD 7 000 millones y tendrá un capital autorizado de USD 20 000 millones.
De las acciones suscritas, mínimo el 90% se integrará en dólares y la diferencia en moneda local.
El asambleísta Paco Moncayo se mostró preocupado por las asimetrías entre los países miembros. El tratado describe cómo se suscribe el capital y los plazos para pagarlo. Se demuestra una actitud favorable para Uruguay, Paraguay, Bolivia y Ecuador, pues cada país tiene un voto. La disyuntiva es que al integrarse con poderes tan grandes como Brasil, las economías menores sean absorbidas.
Hay que ser cuidadosos para lograr una integración realmente democrática, dijo Moncayo.