Los productos que aún entran al mercado estadounidense sin aranceles son los que se benefician del esquema de Nación Más Favorecida (NMF) de la Organización Mundial del Comercio (OMC).De las 1 263 partidas que Ecuador exportó a EE.UU. el año pasado, 353 se vendieron bajo el esquema NMF, entre las que estaban camarón, tilapia, café, bacalao, pescado, entre otros.
Estos productos son altamente competitivos y poseen gran demanda en el mercado estadounidense, características que han permitido que las autoridades de comercio de ese país las calificaran como beneficiarias del NMF (un mecanismo de comercio).
Este es el caso de productos como el cacao y la madera de balsa. Pero otros factores, como el acceso de transnacionales estadounidenses al país, también han incidido para que se mantenga el mecanismo sobre ciertos artículos. Eso se hace visible en el caso del banano y la presencia de las firmas Dole y Chiquita Banana.
Según Felipe Rivadeneira, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexport), los productos beneficiarios del NMF cuentan con mercados cautivos y muchas de las empresas ecuatorianas que los exportan son principales proveedores de los importadores de EE.UU.
Pero esta no es la misma situación de todos los productos de exportación entre los que están algunos tipos de madera, derivados de petróleo, atún en lata, entre otros, según datos de la Comisión Internacional de Comercio de Estados Unidos (Usitc).
Estos productos sí pagan aranceles, pero el impacto en las exportadoras es mínimo porque las tasas son bajas y las ventas de estos son marginales. Este es el caso del atún en lata, que paga aranceles entre el 12% y el 35% (dependiendo si va en agua o en aceite).
Los atuneros logran sostener su negocio gracias a las ventas a la Unión Europea, donde colocan entre el 80% y el 90% del productos, según dijo Lucía Fernández, empresaria pesquera de Manta.
En el caso de las ventas a EE.UU., la mayor cantidad de ventas pertenece a atún ‘pounch’ (empacado), que se sigue vendiendo pese a la pérdida de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (Atpdea), que permitía que este ingresara con cero aranceles.
“Mantengo en una cuenta los valores de los aranceles pues espero que se renueven las preferencias. Ahora pagamos por el ‘pounch’ 35% de impuestos y no niego que la situación es desesperante porque en algún momento podemos perder mercado”, dijo Agustín Jiménez, presidente de la exportadora de atún Empesec.
Otros sectores como el brocolero, floricultor, etc., sí enfrentan una reducción en sus ventas a causa de esta situación. Pese a que desde el ministerio Coordinador de la Política Económica se calcula que las pérdidas alcanzarían USD 25, 5 millones el empresariado calcula que estas llegarían a USD 60 millones anuales.
“No son solo 959 exportadores sino que hay también 5 000 empresas que producen, aunque no exportan. Además, no se afectan 15 000 empleos sino más de 100 000 en el territorio nacional”.
Ante esta situación, algunos exportadores como Jiménez aplican mecanismos que les permitan ganar competitividad como diversificar las presentaciones con más valor agregado para que el cliente lo prefiera frente a otros.
Para Edward García, presidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriana (Camcomec), la mejor estrategia para reducir los costos es mercadear bien los productos y eliminar los intermediarios.
“Hay muchos exportadores que no saben a quién ni cómo abordar el tema de comercio exterior. Ahí se puede trabajar mucho para abaratar los costos de los ítems”.
El Gobierno también le apunta a mecanismos para mejorar la competitividad de las empresas, generar mejoras logísticas, etc, los cuales constan dentro del plan de apoyo a los exportadores, lanzado hace dos semanas.
Los exportadores de hilos sin dificultades para vender
Cristian Espinosa, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Ecuatoriana Americana (Amcham), aseguró que la no ampliación de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (Atpdea) golpea también al sector de productos textiles.
Actualmente una sola empresa está a cargo de exportaciones de este tipo a EE.UU., particularmente de medias nailon, que representan el 1% del total de ventas bajo el esquema de la Atpdea.
Según el Ministerio Coordinador de la Producción, la no extensión de la Atpdea podría generar impactos en la empresa por lo que estará entre las compañías que se beneficien de los mecanismos de apoyo a los exportadores, entre los que está el certificado de abono tributario (CAT) y la diversificación de mercados.
Precisamente eso es lo que hicieron otras empresas textiles que no venden sus productos directamente a EE.UU., sino que los exportan a Colombia y allí se elaboran prendas que se comercializan al mercado estadounidense.
La pérdida de la Atpdea preocupó a estas firmas, entre las que está Deltex, porque Colombia también era beneficiaria de las preferencias y se pensó que los pedidos de productos se reducirían ante la falta de las mismas.
“A corto plazo no tenemos afectación. Pero, nos hemos visto en la necesidad de reforzar los contratos de pedidos ya confirmados para evitar inconvenientes con nuestros clientes”, dijo Juan Carlos Romo, representante de ventas de la empresa textilera.
Él cree que ni Deltex ni sus clientes colombianos se verán afectados sin la Atpdea por las buenas relaciones que mantiene Colombia con EE.UU. De ahí que aspiran continuar vendiendo las 100 toneladas semestrales a Colombia, que representan aproximadamente USD 50 000.
Sin embargo, algunas empresas colombianas como Sajador aseguran que sí se han visto afectadas por la falta de las preferencias debido a que los textiles y prendas deben pagar entre un 12 y un 15% para ingresar a EE.UU.
“El impacto fácilmente puede ser de un 30% en las ventas para los exportadores. En esta situación perdemos los exportadores, pero también nuestros clientes”, señaló el representante de la compañía, Óscar Cardozo.