En una bodega de unos 1 000 m² ubicada en la parroquia Ricaurte , en Cuenca, se realizó, ayer desde las 09:00, la subasta de vehículos incautados por el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae).
En el local, rodeado por cajas de zapatos y otra mercancía, relucían 26 sillas plásticas en las que se sentaban los oferentes de la subasta. Cada uno de ellos tenía un papel con un número que le fue asignado previamente a su inscripción a través de la página www.aduana.gob.ec
Según Boris Coellar, director distrital del Senae, en total sumaban 43 lotes (vehículos), entre autos de lujo, jeeps, camionetas y cabezales. De estos se subastaron 35 unidades que estaban avaluadas en USD 571 000. Por el remate se obtuvo, en total, USD 924 436,24. Por eso Coellar calificó como un éxito la jornada.
Durante el remate hubo ocho vehículos que quedaron desiertos al no recibir ninguna oferta. También hubo una volqueta que fue excluida porque estaba en un juicio y no podía ser subastada.
Había vehículos marcas Chevrolet y Toyota que iniciaban su precio base en USD 2 000. Algunos de estos no tenían cerebro, placas o llaves. Coellar anunciaba estos detalles antes de iniciar la subasta, para saber quién presentaba su oferta.
Para Grace Castillo, asistente a la subasta, esta es una forma democrática de comercializar los bienes. Además, la inscripción es sencilla mediante el portal web.
Según información del Senae, los vehículos fueron incautados hasta diciembre del 2010, desde diferentes fuentes, entre ellas las incautaciones por control de contrabando y otras.
Uno de los beneficiados durante este remate fue Giovanny Piedra, quien adquirió una camioneta Chevrolet Luv de 1991. Para este cuencano, estas actividades reflejan la transparencia de esa entidad y permite acceder a vehículos a un menor costo.
Carlos Marín, quien estaba de espectador, señaló que estaba interesado en participar, pero se enteró de que además del costo del vehículo se cobraba un rubro adicional. Es decir, el 12% del Impuesto al Valor Agregado (IVA) por el precio final del vehículo. Asimismo, el 15% por el valor base con el que arrancaba la oferta.
Por citar un ejemplo: si un automotor iniciaba la subasta en USD 10 000 y se comercializaba en USD 20 000, el oferente pagaba USD 2 400 por IVA y USD 1 500 de impuesto base (precio inicial).
Cerca de las 14:40 culminó esta jornada. Los vehículos de lujo fueron la mayor atracción, ya que iniciaban en USD 15 000 y se vendieron hasta en USD 35 000.
Según Coellar, los automotores que no fueron subastados en esta ocasión podrán ser adjudicados a entidades del Estado o ingresarán a una nueva subasta.