Contra todo pronóstico de que en el 2010 se viviría aún los rezagos de la crisis económica del 2009, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) auguró un año importante para los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED).
“Durante el año pasado, las inversiones cayeron un 42% y para este año repuntarán entre 40% y 50%. La región recibió el año pasado USD 76 681 millones, lejos de los históricos 131 938 millones alcanzados en el 2008”, indica el informe anual “La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2009”.
La secretaria ejecutiva de la Cepal, la mexicana Alicia Bárcena, dijo que “las perspectivas de crecimiento de la región, las tendencias de largo plazo de los flujos y la información preliminar pronostican que las corrientes de IED podrían superar los USD 100 000 millones. Creemos que América Latina sigue siendo un destino muy importante de estos fondos, porque tiene materias primas y sus precios están en aumento”.Bárcena reconoció, sin embargo, la preocupación del organismo que dirige por el complejo momento que viven algunos países de la Unión Europea, como Grecia, que debe ser socorrida por sus socios en el bloque para paliar su déficit fiscal. “Si la crisis griega se expande hacia España, por ejemplo, sí podría haber un impacto muy fuerte en la inversión extranjera directa que llega a América Latina”, avizoró Bárcena, quien manifestó su esperanza de que se “contenga el contagio”.
Y, precisamente, según el analista Patricio Ávila, en estos momentos el flujo de inversiones depende mucho de lo que los dueños de los capitales perciban a nivel mundial. “Se viven tiempos de nerviosismo en los mercados y los inversionistas van a tener mucho cuidado a la hora de poner sus capitales. Normalmente, se vuelvan hacia la compra de Bonos del Tesoro de EE.UU., pero con la crisis en Europa, más bien se están refugiando en el dólar”.
Sin embargo, según Christian Silva, catedrático de la Universidad de las Américas (Udla), los inversionistas ven lo que sucede en el mercado y, si países emergentes como Grecia están en problemas, optarán por poner a todos los mercados emergentes como posibles sitios inseguros. “Si en un momento ven que colocar su dinero en mercados emergentes puede se peligroso, dejarán de hacerlo y se refugiarán en mercados más seguros. Y ahí, EE.UU. es el más atractivo, por su seguridad”.
De hecho, el mismo Fondo Monetario Internacional recomienda en un informe que los países latinoamericanos tengan cautela para evitar un recalentamiento de las economías y evitar burbujas financieras que conduzcan a mayores inestabilidades. Según America Economía, este mayor aumento de capitales hacia América Latina se explica como un alza de flujos de capitales hacia mercados emergentes, que de acuerdo al Banco Mundial, se produce por el alza de precios en las materias primas propias de las economías regionales y el aumento de las tasas de interés de las economías locales, por sobre sus pares de países más desarrollados.
Francisco León, catedrático universitario, afirma por su parte que Ecuador debiera aprovechar este retorno masivo de dinero, si las proyecciones de la Cepal están correctas. “Creo que es hora que el Gobierno abra sus ojos y trate de captar esa cantidad de recursos que regresan. ¿Buscaban fondos para la construcción de infraestructura, centrales hidroeléctricas y demás? Aquí está una buena fuente, pero el Régimen tendrá que cambiar su política económica hacia una de mayor apertura a los capitales privados. Al fin y al cabo, quien tiene el dinero, tiene la última palabra”.
Algo similar afirma el productor de frutas orgánicas, Jorge Alcívar, para quien la desconexión entre sector público y privado no permite engranar una política económica global. “No puede ir el Estado por un lado y la empresa por otro. Es necesario crear el paraguas adecuado para que las empresas se sientan seguras y no se cambien las reglas de juego sorpresivamente. Esa seguridad jurídica es la que atrae capitales, independientemente de si estamos en crisis o no”.
Y los inversionistas están listos para colocar sus capitales en el Ecuador. Según Rodrigo Madrazo, agregado comercial de la Embajada de España en Ecuador, “hay muchas empresas españolas que quieren realizar inversiones, principalmente, en la generación eólica, eléctrica y en proyectos de infraestructura”. Asimismo, según Fernando Guzmán Gómez, embajador ecuatoriano en Alemania, “actualmente hay importantes empresas alemanas que están interesadas en hacer negocios en el Ecuador mediante el sistema de joint ‘venture’, que implica la conformación de empresas de capital mixto con participación mayoritaria del Gobierno ecuatoriano”.
Guzmán aseguró que existe la posibilidad de la instalación y funcionamiento –a corto plazo- de varios parques de producción de energía fotovoltaica (sol), energía eólica (viento), centrales hidroeléctricas (agua), que sirvan para incrementar la generación eléctrica del Sistema Nacional Interconectado. También se contempla la instalación de una planta de fabricación de paneles solares de última generación.
Sin embargo, como señala el reciente informe de Cordes, los grandes proyectos del Gobierno aún están rezagados. Así, la Central Hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair requiere una inversión de USD 2 000 millones, pero hasta el momento no se concreta, luego de las fallidas negociaciones con China. Y, en el caso de la Refinería del Pacífico, pese a que está conformada una empresa mixta con Venezuela, tampoco está definido claramente cómo se financiará la obra de USD 12 560 millones.
Y para tener una idea clara de las tendencias de los inversionistas, la misma Cepal asegura que tres cuartos de los montos de los nuevos proyectos de inversión extranjera anunciados para la región serán captados por actividades de intensidad tecnológica baja y media-baja en manufactura. “La IED destinada a proyectos de investigación y desarrollo continúa siendo escasa. Esto muestra las dificultades que todavía presenta la región, no solo para atraer inversiones de alta tecnología o para realizar tareas de investigación y desarrollo, sino también para insertarse en los eslabones de alto valor agregado de las cadenas globales de producción”:
Los mayores inversionistas en 2009 fueron Estados Unidos, con 37% de participación, España con 9% y Canadá con 7%. El sector servicios continúa como primera atracción de estos capitales, seguido de las manufacturas y los recursos naturales. Otro 10% es responsabilidad de las empresas transnacionales latinoamericanas, conocidas como translatinas.
Precisamente, en el periodo estudiado también los flujos de inversión directa provenientes de la propia región registraron una drástica caída de 69%, sumando 1USD 1 387 millones, merma que se explica por la desaceleración de la inversión brasileña. Chile, con USD 7 983 millones, es el país que más invirtió en el exterior, escoltado por México, que repartió USD 7 598 millones, Colombia con USD 3 025 millones y Venezuela con
USD 1 800 millones.
Las mayores firmas translatinas son por orden de importancia la brasileña Petrobras, con ventas por USD 101 948 millones, y la estatal Petróleos de Venezuela con USD 68 000 millones. Luego le siguen el Itaú-Unibanco, de Brasil, la firma mexicana América Móvil y la minera Vale, también del gigante sudamericano.