La líder socialcristiana, Cynthia Viteri, durante las marchas que se realizaron en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes/Archivo El Comercio
Con solo sintonizar una emisora local se puede percibir la pugna. En medio de un programa radial cualquiera se oyen frecuentemente cuñas opuestas: una, anunciando la marcha convocada por el alcalde Jaime Nebot, el próximo jueves; y, enseguida, otra pidiendo que no asistan.
Esa pugna también se acentúa en otros escenarios, a raíz de las manifestaciones que surgieron por los proyectos de leyes de Herencia y Plusvalía, y que fueron retirados “temporalmente” por el Régimen.
El sábado, durante la entrega de títulos de propiedad del programa habitacional Mi Lote, del Cabildo porteño, Nebot aprovechó su discurso para pedir a los 1 869 beneficiarios que asistan a su concentración a lo largo de la avenida 9 de Octubre. E hizo un llamado a defender “lo que heredarán sus hijos”. Un poco después, y desde los terrenos en el parque Los Samanes, donde será la misa del papa Francisco en Guayaquil, el canciller Ricardo Patiño cuestionó la postura de Nebot. “Si se quiere generar una situación de conflicto cuando el Presidente ha tenido la delicadeza de retirar los proyectos de ley para iniciar, no para esperar que el Papa se vaya y presentarlos otra vez, sino para comenzar un gran debate nacional sobre el tema de la desigualdad, nos parece lamentable que la respuesta que ha dado el Presidente sea contestada de la manera más violenta”, dijo.
Patiño ratificó que el diálogo propuesto por el Gobierno será con todos los sectores de la sociedad, para analizar los proyectos de ley y para hacer los correctivos que sean necesarios.Sin embargo, frente al pedido del sector empresarial de archivar definitivamente los proyectos de ley, el Canciller aseguró que no será aceptado. “Ellos no son el Presidente de la República, ellos no son el proyecto político que ha vencido en las urnas y nosotros tenemos todo el derecho de presentar la propuesta. Lo que vamos a hacer es discutirla ampliamente; eso es democracia”.
Nebot ha dicho en reiteradas ocasiones que no confía en el llamado al diálogo que propuso el presidente Rafael Correa, el lunes de la semana pasada. Lo ratificó el viernes pasado en una reunión con los empresarios, otro de los sectores críticos a estas dos iniciativas y que demandan el retiro definitivo de estas dos leyes.
“Ya estoy viejo para ir a diálogos de sordos”, dijo Nebot. Y se citó algunos ejemplos: “¿Cómo les fue a los periodistas con el diálogo de la Ley de Comunicación? ¿Qué les pasó?”.
Carrasco convoca a Azuay
El prefecto de Azuay, Paúl Carrasco, convocó también a una marcha para el sábado, y coincide con la celebración del aniversario de la provincia. Se organiza por lo que él denomina “la unidad y la dignidad, en rechazo a una lista de medidas adoptadas por el Gobierno”.
Esa decisión se tomó en un parlamento popular con representantes de la provincia. Están invitados todos los actores que quieran manifestarse en contra del Gobierno. Aunque la movilización tiene su origen en el rechazo a las leyes de la Herencia y la Plusvalía, la convocatoria es para pedir al Presidente que rectifique la forma de gobernar. “Las leyes no son el problema sino el modelo integral”, dijo.
Él también piensa, al igual que otros opositores, que el retiro de esos dos proyectos de la Asamblea, es una estrategia del Gobierno para ganar tiempo por la visita del Papa. “Tuvieron ocho años para conversar, para evitar que el pueblo salga a las calles”.
La estrategia de Carrasco va más allá de las movilizaciones. Él propone un gran parlamento nacional con todos los sectores políticos y organizaciones sociales opuestos al Régimen. La intención es organizar los pedidos y aclarar los objetivos de cada protesta para plantear una agenda común al Presidente.
Rechazó que las medidas que promueve sean conspiradoras. “Conspiración significa reunirse en secreto y esto es público”, expresó. La movilización no tendrá el respaldo de su aliado en las elecciones, el alcalde de Cuenca Marcelo Cabrera, quien mantiene una relación cordial con el Presidente.