Navidad con ‘El Cascanueces’

Pequeños papelitos blancos que simulan copos de nieve, roedores en la batalla luchando contra soldaditos, danzas de todo el mundo en el reino de los dulces son algunas de las escenas de una historia en la que los sueños se hacen realidad. ‘El Cascanueces y el rey de los ratones’ es la obra que presenta el Ballet Nacional de Cámara. Este clásico navideño, basado en el relato del autor alemán Ernest Theodor Amadeus Hoffmann, tiene como objetivo llegar al público infantil con mensajes que rescatan principios caracterizados por la humanidad. “Nosotros tratamos que los niños redescubran valores de solidaridad en los protagonistas y que se apropien de estas festividades que no son solo para adultos”, explica Rubén Guarderas, director de la obra. Añade también que este año se han presentado en las parroquias rurales. “Esto ha sido una gran satisfacción. Nos hemos presentado en lugares que no tienen un coliseo. Lo hemos hecho al aire libre, en tierra, pero los chicos han disfrutado de la actuación”.
Entre los asistentes de una de las presentaciones realizada en Puembo se encontraba Carlos Mejía, de 9 años, quien comentó que lo que más le había impresionado era el juguete que le regalaron a Clarita. “Me gustó cuando el soldado toma vida”, expresó con una sonrisa en el rostro, mientras miraba el relato con dibujos para colorear que le regalaron en el entreacto.

El esfuerzo para regalar estas sonrisas es constante. Ensayos permanentes con seis horas diarias, seis días a la semana. Más de 234 presentaciones anuales con aproximadamente  260 mil espectadores. Todo lo anteriormente mencionado, enlazado al amor por lo que hacen,  contribuye a que los 50 bailarines en escena dejen lo mejor de sí aún después de cerrar el telón. Luego del final, empieza para muchos de los menores de edad  el comienzo de una ilusión: formar parte del mundo de la danza. Dedicarse a este arte que aporta a su desarrollo haciéndolos ciudadanos con sensibilidad, creatividad e imaginación. Es por esto que Guarderas invita a las autoridades centrales y municipales para que se encarguen de crear escuelas especializadas en las que se  pueda incentivar el tratamiento de esta actividad. “Se trata de que todos tengan estas posibilidades y que empiecen a bailar no sólo estos clásicos sino el folclor, las danzas tradicionales, bailes populares desde edad temprana. Esto ayudará a formar mejores ciudadanos conscientes de que su cuerpo es un elemento de comunicación”, indicó.

El trabajo continúa y aún quedan presentaciones por hacer, y coliseos por llenar y por  inundar con la dulzura de todos los elementos que caracteriza la presentación. En los escenarios se queda ese mundo fantástico e inigualable que ha  seducido a grandes y pequeños en los últimos años, a través de la particular mezcla de  humor e imaginación combinados con una pizca de terror.

Todo lo anteriormente señalado convierte  la obra en uno de los grandes clásicos de la literatura navideña de todos los tiempos, que sería adaptada varias veces, primero al francés por Alejandro Dumas, luego se convertiría en una de las más afamadas composiciones de Tchaikovski y finalmente llegaría al ballet gracias a una coreografía de Lev Ivanov.

Para aquellos que aún lo desconocen la relata una  historia en Nochebuena, cuando  una niña y su hermano descubren impacientes un fantástico árbol de Navidad cargado de juguetes y golosinas. El niño recibe un astuto zorro rojo y un batallón de húsares con espadas y caballos de plata, mientras su hermana queda prendada de un humilde y pequeño cascanueces medio escondido en el árbol. A partir de aquí, la niña vivirá emocionantes aventuras donde la felicidad es la clave de la Navidad.

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