Una captura de Alexei y Yulia Navalnaya tomada de un video publicado en la cuenta de Instagram. Muestra al líder de la oposición rusa Alexei Navalni antes de su vuelo en el Aeropuerto Internacional de Berlín Brandenburgo BER en Schoenefeld, Alemania. Foto: EFE
El avión en el que viajaba el líder opositor ruso Alexéi Navalni, sobre quien pesa en Rusia una orden de busca y captura, aterrizó este domingo 17 de enero de 2021 en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo, cuando se le esperaba en el de Vnúkoko en medio de un fuerte dispositivo policial.
El vuelo DP936, procedente de Berlín, trajo a Navalni de regreso a Moscú después de casi cinco meses de tratamiento médico en Alemania tras su envenenamiento en Siberia con una sustancia tóxica militar, del que responsabiliza al presidente ruso, Vladímir Putin.
En imágenes que circularon en la prensa y redes sociales, se le ve de buen ánimo e incluso bromeó, preguntado por un periodista que viajaba en el mismo aparato, sobre si temía regresar a su país con un “Por qué iba a tener miedo en Rusia“.
“Volamos a casa“, escribió a continuación en su cuenta en Twitter el líder opositor, al que acompañaba asimismo su portavoz, Kira Tarmysh. “Tengo la fila de la suerte, la 13”, dijo. “Tengo todo el derecho a regresar a casa”, esto último, en relación a la orden de busca y captura que pesa sobre él.
El vuelo de la aerolínea rusa despegó con algo de retraso sobre el horario previsto procedente de la terminal 5 del aeropuerto Berlín-Brandeburgo, destinada a vuelos de bajo coste.
En los accesos se habían apostado grupos de seguidores del líder opositor, con pancartas de apoyo y frases hostiles a Putin, en medio de un notable despliegue mediático.
La policía alemana había acordonado la zona y sólo se autorizaba la entrada en la terminal a los pasajeros.
Mucho más compleja es la situación en las inmediaciones del aeropuerto moscovita de Vnúkovo, ya que la Fiscalía de Moscú ha advertido de que emprenderá acciones contra cualquiera que pretenda realizar “actividades políticas no autorizadas”.
Miles de seguidores han anunciado su intención de acudir a recibirlo. Esta mañana, la policía detuvo ya a varios activistas en San Petersburgo que pretendían viajar a la capital rusa.
La expectación es enorme, después de que Navalni anunciara a mediados de esta semana su intención de regresar a su país, ya restablecido del intento de envenenamiento con una sustancia tóxica de la clase Novichok, que le provocó un colapso durante un vuelo por Siberia.
Unos días después, se autorizó su traslado a Alemania e ingresó en coma en la clínica berlinesa de La Charité, cuyo equipo médico -junto con expertos del Ejército alemán y analistas de otros países europeos- certificó luego el intento de envenenamiento.
El Gobierno de la canciller Angela Merkel ha requerido desde entonces repetidamente a Moscú aclarar lo ocurrido, hasta ahora sin éxito.
Tras restablecerse y abandonar la clínica berlinesa, Navalni siguió bajo observación médica en la capital alemana y luego se alojo durante unos meses más, hasta diciembre, en un chalet de la pequeña localidad de Ibach (en la Selva Negra, en el sur de Alemania).
A mediados de esta semana anunció el regreso a su país a través de un vídeo colgado en sus cuentas de las redes sociales, aparentemente grabado en las inmediaciones de Friburgo, en la misma región del sur alemán, según identificaron medios del país.