Natalia Sierra es socióloga y docente de la Universidad. Católica. Foto: Pavel Calahorrano/ EL COMERCIO
Entrevista a Natalia Sierra, socióloga y docente de la U. Católica
¿Qué factores explican la dispersión política que hay, a cinco meses de las elecciones generales?
La dispersión ha sido alimentada por el Gobierno. La provocó golpeando a organizaciones sociales de oposición como la Conaie, los sindicatos, los maestros, los médicos. Hay una estrategia sistemática. El Decreto 16 hizo más difícil la organización. Se persigue a dirigentes, se criminaliza la protesta y se crean organizaciones paralelas. Eso ahora se expresa en la dispersión.
¿Cómo puede influir eso en los electores?
Cuando hay dispersión, la posibilidad de analizar programas de Gobierno reales desaparece. Vamos a repetir lo de siempre; una elección por ofertas. No con un conocimiento profundo de lo que cada candidato propone, sino por una lógica de compra y venta de votos, de una fabricación de candidatos con base en el mercadeo y lo que dicen las encuestas.
¿La dispersión está presente solo en la oposición?
En el Gobierno aparentemente no se muestra dispersión, porque están en el poder. Pero la composición de Alianza País es así. Hay gente de la social democracia, de la izquierda radical, hasta de la guerrilla, del socialcristianismo, del populismo de Abdalá (Bucaram). Esto se refleja en la ideología y políticas de Gobierno. Unas medidas económicas responden a una matriz más social demócrata y otras son neoliberales. Así son los gobiernos populistas. No tienen definición ideológica.
¿Y qué es entonces el socialismo del siglo XXI?
Nunca lograron establecer fundamentos teóricos, filosóficos para sostener esto que ellos llaman socialismo del siglo XXI. El socialismo busca socializar los bienes de producción. Lo que hace el Gobierno es abrir los caminos para hacer procesos de privatización, que es neoliberalismo. Esa indefinición hace que choquen y haya dispersión.
¿A quién afecta más la dispersión política?
A la oposición. En Alianza País hay más razones para juntarse. Empezando por las complicidades internas que la oposición no tiene. Hay la necesidad de estar juntos porque toda concentración de poder genera desgaste y cuando se maneja muchos recursos también hay corrupción.
¿Bastará una candidatura única opositora para vencer al oficialismo?
Sería bueno que vayan tres tendencias; el correato, la centroderecha y la centroizquierda. No creo que se debe juntar la derecha con el centro porque sería repetir lo del correísmo. La dispersión no beneficia a la democracia, la diversidad sí. Esta última supone distintas opciones de Gobierno para que la gente pueda optar a partir de sus intereses colectivos e individuales.
¿La dispersión es de este momento político o tiene antecedentes históricos?
Ha estado presente siempre, pero en este período se ha agudizado. Sobre todo por la concentración de poder. Lo quieran o no reconocer, el Estado es Alianza País y Alianza País es el Presidente. No hay independencia mínima de las funciones del Estado. Y eso explica también el porqué ahora necesitan de un caudillo para mantenerse. El modelo de Gobierno es el caudillo. Si tuviesen un proyecto coherente, articulado, no necesitarían ver quién puede reemplazarlo. Incluso ahí se evidencia la dispersión, porque ambos nombres que suenan responden a matrices distintas.
¿A cuáles?
Jorge Glas está más ligado a los negocios. No es gratuito que esté dirigiendo el cambio de la matriz productiva. Moreno está con los más progresistas. Da una imagen más conciliadora, casi de filósofo de autoayuda. Son dos visiones que chocan y que ahora están mostrando muchas disputas.
¿En qué bando está el presidente Rafael Correa?
En el lado del poder económico. Es casi un secreto a voces que su candidato es Glas y es fácil verlo, porque en los últimos dos años es a quien más ha promocionado. Comenzó, recuerdo, hace dos años. Incluso salió con él en una propaganda de Navidad. El problema es que Glas no es una persona que tenga carisma dentro de esta forma populista. Pasa lo mismo que en Venezuela, ¿quién reemplaza a Chávez? Entre Maduro y Chávez hay una distancia enorme. Un proyecto cuando es coherente no necesita caudillos.
¿Este escenario de dispersión política podría cambiar si hay una segunda vuelta electoral?
Se esperaría que los grupos de oposición puedan sentarse a ver realmente en qué pueden ir juntos y en qué no. Hará falta un diálogo serio. Hay prioridades en el país que hay que resolver. Algunas que será fácil llegar a acuerdos y otras no. Eso debe estar claro. Si la oposición visibiliza ante la sociedad cómo va a operar políticamente podría haber una segunda vuelta electoral donde haya un cambio, que la sociedad debe vigilarlo.
¿En qué temas deberían concentrarse las fuerzas políticas, para no caer en la mercantilización del voto?
Hay tres grandes temas. Uno es el económico, la propuesta que tienen para enfrentar la crisis, ¿sobre quién caerá el mayor costo? Otro tiene que ver con la estructura del poder político; el conjunto de leyes, normas, poderes del Estado, ¿qué va a pasar con eso? Y el tercer tema es ético e ideológico. Deben establecer qué va a pasar con la fiscalización, no solo por el uso de recursos económicos públicos sino por cómo se ha manejado el poder político. No es suficiente decir que se junten todos contra el correísmo. No se pueden unir si no tienen presupuestos para resolver los principales problemas del país.
Hoja de vida
Ella es Licenciada en Sociología y Ciencias Políticas por la Universidad Central del Ecuador. Tiene un PHD en Sociología de la Universidad Libre de Berlín. Es profesora principal en la Escuela de Sociología y Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
Entre sus principales publicaciones constan La Revolución Ciudadana, suprimiendo el contenido comunista de la revolución Socialista (2013) y El reto de la Izquierda Ecuatoriana, descolonizar la conciencia social (2013). Es analista y consultora política.