En menos de una semana, tres casos registrados en las agencias de correos llamaron la atención de los agentes de la Unidad de Antinarcóticos de Azuay y Cañar. Esto, porque en esas provincias se descubrieron encomiendas que contenían manjar de leche, pero camuflaban cargamentos de droga.
El primer caso ocurrió en una agencia de Cuenca, el pasado 13 de octubre, cuando los agentes descubrieron 2,2 kilos de cocaína escondidos en dos envases de plástico, que contenían manjar de leche y en cuyo interior se halló, entre fundas plásticas, un paquete de droga en cada uno.
La otra encomienda, contaminada con 1,7 kilos de cocaína en las mismas condiciones, fue hallada en una agencia del Centro Histórico de Cuenca, el 27 de octubre pasado.
Finalmente, el 28 de octubre del 2015, en una agencia de envíos del cantón Biblián, se descubrió una tercera encomienda con similares características. Se encontraron 246 gramos de cocaína en un paquete escondido en un envase que contenía manjar.
El capitán Diego Genovés, de la Unidad Antinarcóticos del Azuay, indicó que en un principio, las investigaciones se centraron en la ciudad de Cuenca, debido a la similitud de los paquetes en los que se intentaba enviar la droga, pero se descubrió que en la provincia del Cañar se encontraron encomiendas con iguales características.
“En el momento se investiga el nombre de las personas que enviaron los paquetes, así como el de los destinatarios. En todos los casos son nombres diferentes, pero existen determinadas coincidencias que son analizadas con el objetivo de ubicar a los responsables de estos envíos”, comentó Genovés.
El teniente Raúl Espinosa, de la Jefatura del Cañar, comentó que con base en las primeras informaciones sobre este caso, se prestó mayor atención a las encomiendas que contenían este tipo de alimento, según el Ministerio del Interior.