Para llegar a las comunidades hay que cruzar en canoa el río Napo. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO
El proceso de elaboración del chocolate, desde que el cacao se cosecha en medio de las bondades que ofrece la selva amazónica, hasta que se transforma en una mezcla dulce, se convirtió en uno de los atractivos turísticos más publicitados de Tena, en Napo.
Para estas vacaciones, los centros comunitarios y empresas privadas preparan nuevas rutas, cupos hoteleros ampliados y una infraestructura renovada. La consigna del Gobierno Provincial del Napo para este año es combinar el intercambio de saberes con las comunidades rurales y la gastronomía de la zona.
“La ruta del cacao es un producto turístico diseñado para que los visitantes no solo se queden a las orillas del río Napo, sino que lleguen a las comunidades. Ahí la gente ya está capacitada para ofrecer servicios de alta calidad”, cuenta Carla Bonilla, responsable del área de turismo.
Los turistas pueden visitar los centros comunitarios y las empresas chocolateras para recorrer los sembríos, degustar las semillas frescas de cacao y mirar cómo se convierten en un polvo aromático que después se mezcla con otros sabores de la Amazonía, como el jengibre o el frutipán.
Los recorridos cuestan entre USD 5 y 10, e incluyen caminatas por la selva para conocer animales y plantas nativas. Además, los visitantes tienen la posibilidad de preparar su propio chocolate.
En el centro comunitario Sinchi Warmi, por ejemplo, los turistas pueden acompañar y ayudar a las mujeres que elaboran el chocolate. “Ellos elaboran el chocolate para sus propios postres. Nos ha dado muy buen resultado incrementar ese recorrido.
Especialmente los extranjeros sienten mucha curiosidad por el chocolate”, dice Sofía Alvarado, una de las socias.
Ese mismo atractivo se promociona en la cafetería de Leodán Andi. Allí, los turistas pueden recorrer en bote por un tranquilo pantano y luego disfrutar del chocolate artesanal en varias combinaciones.
La Ruta del Cacao resultó tan atractiva que incluso las empresas privadas firmaron convenios con las comunidades para que reciban a grupos de turistas y compartan su sabiduría. La Casa del Suizo es uno de los sitios que también cuenta con esa opción.
Allí se ofrece hospedaje, alimentación, tours, un spa instalado en medio de la selva y la visita a un mariposario. La estadía cuesta USD 110 e incluye desayuno. Los servicios adicionales cuestan desde USD 5.
Una de las ventajas del sitio es su ubicación. Está situado en la ribera del río Napo y la única forma de acceder es en una canoa. Los cupos suelen llenarse en la temporada vacacional, por lo que el administrador Pablo Recalde recomienda hacer reservaciones con c anticipación. “Esta es la temporada más alta del año, contratamos suficiente personal para cubrir la demanda”.
En otros centros comunitarios como Pinpillitu, donde el atractivo principal son los balnearios, los socios tienen expectativas altas para esta temporada. El Gobierno Provincial invertirá cerca de USD 60 000 para la construcción de vestidores y baños.
“Sabemos que necesitamos invertir más para atraer visitantes. Aquí nos esforzamos por tener todo limpio y mejorar la atención”, cuenta Fausto Cerda, presidente de la Asociación de Servicios Pinpillitu.
Aunque según Bonilla, la preparación de la gente para la temporada vacacional se inició mucho antes. La Escuela de Turismo, por ejemplo, es un proyecto de la Fundación MCCH para capacitar a las comunidades sobre administración de emprendimientos hoteleros y restaurantes, guianza, coctelería y otras áreas.
En Tena, el turismo es el segundo ingreso más importante después de la agricultura. La meta es posicionar a la provincia como uno de los destinos favoritos del país. Durante la temporada vacacional el Gobierno Provincial emprenderá una campaña publicitaria en redes sociales.