Así nació el cheque en el Ecuador

Cheques

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Desde que comenzó a usarse en el país, con el nacimiento de los primeros bancos a finales del siglo XIX, el cheque ha sufrido varios cambios.

Banco Pichincha conserva en su archivo histórico, ubicado en la agencia Plaza Grande, en el centro de Quito, cheques pagados entre 1913 y 1936.

En este pequeño museo reposan cheques de importantes personalidades de la época. Entre ellos, un cheque girado por el historiador, arqueólogo y político Jacinto Jijón y Caamaño, del 17 de mayo de 1934, por 200 sucres.

Los primeros cheques contenían información básica: número del documento, nombre del banco, fecha y monto.

Los cheques podían tener el nombre de la persona que cobra, aunque también podían ser girados al portador, es decir, sin anotar el nombre del beneficiario. Para cobrarlo, el portador del cheque solo debía firmar al reverso.

Actualmente, el cheque que no tenga escrito el nombre del beneficiario o al portador es rechazado.

De igual modo, en los primeros cheques no constaba el nombre del dueño de la cuenta y bastaba solo su firma.

Con el tiempo se agregó información como número de cuenta, nombre del dueño de la chequera y otros que se anotaban, inicialmente, de forma manual.

"Había funcionarios muy hábiles que sellaban el número de la cuenta en cada cheque, el nombre del dueño de la cuenta... Incluso se anotaba el número de la ventanilla donde debía ser cobrado el cheque", recuerda Guillermo Vega, quien trabajó en Banco Pichincha desde 1967 y hoy es jubilado.

"Las colas para recibir las chequeras eran un poquito largas", dice el exfuncionario.

El historiador económico Gonzalo Ortiz Crespo comenta que inicialmente no había libretines de cheques, sino solo los llamados cheques de gerencia.

“Era un documento emitido por la gerencia del banco que certificaba que había el depósito de dinero en una entidad, y la persona con ese cheque podía pagar una importación, depositar el dinero en otro banco, etc.”,explica.

Actualmente existen diversos tipos de cheques como cheque a la orden (transferible mediante endoso), cheque nominativo (solo lo puede cobrar la persona a cuyo nombre se encuentra extendido el documento), entre otros.

Recientemente se incorporaron otras seguridades como código de barras, marcas de agua, códigos de seguridad en bandas magnéticas, papel especial, etc.

Como ocurre hoy en día, el cobro de este documento debía pasar por un proceso exhaustivo de verificación previo a su pago, aunque, sin duda, tomaba más tiempo de lo que hoy lleva, pues todo se realizaba manualmente.

El “ventanillero” recibía el cheque y lo entregaba al llamado “anotador de cheques”, un funcionario que debía cumplir con dos requisitos: una excelente caligrafía y habilidades de cálculo mental.

Este anotador se encargaba de verificar la firma en el libro de cuentas corrientes, certificar que tenía fondos y deducir la suma de la cuenta respectiva.

"Una persona llegaba con cuatro o cinco cheques y los anotadores tenían una habilidad formidable para sumar y restar velozmente las cantidades en el libro mayor. Los saldos tenían que salir perfectos y sin tachones", dice Vega.

Banco Pichincha conserva en su archivo histórico los enormes y pesados libros de cuentas.

En la contratapa de uno de estos cuadernos, que data de 1907, se puede leer que estos cuadernos se fabricaban en Londres.

Con gruesas tapas o cubiertas de cuero, algunos con filos de metal, en estos libros se anotaban las transacciones de todos los clientes.

“El primer trabajo que se podía conseguir al terminar el bachillerato era de anotador de cheques”, explica Ortiz Crespo.
En los años ochenta, con la modernización de la banca, estos libros fueron sustituidos por máquinas electrónicas.
Con la automatización de los procesos, además, desapareció la profesión de "anotador".

Además, antes el cheque podía endosarse varias veces. “Había tantos endosos que muchas veces hasta se pegaban pedazos de papel al cheque para seguir con los endosos”, dice Oswaldo Albornoz, quien trabajó por 22 años en Banco Pichincha.

“El cheque es un título de crédito que está a nombre de una persona, que se podía endosar para que cobre otra y esta a su vez entregarlo a otra y así… esa era la idea, pero eso se eliminó por seguridad”, dice Ortiz Crespo.

Hoy en día solo puede endosarse una sola vez siempre que el cheque haya sido girado por hasta USD 500.

Los documentos que se emitan por sumas superiores, no podrán ser endosados y solo deberán ser pagados a su primer beneficiario, anota la actual Ley de Cheques.

El 29 de septiembre pasado entraron en vigencia nuevas normas para el uso de estos instrumentos en el país y que buscan estandarizar su emisión.

Los principales cambios tienen que ver en la forma de llenarlos. Primero, se debe utilizar únicamente tinta de colores oscuros.

El formato de fecha para llenar los nuevos cheques deberá mantener el orden de año, mes y día. Los cheques que incumplan con los parámetros oficiales contemplados en la reforma no serán válidos; por ejemplo, los cheques mutilados o que contengan sellos distintos a los autorizados serán rechazados.

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