Música y tradición en las plazas del Teatro y Grande para celebrar a Quito

Vecinos y turistas se reunieron alrededor de los escenarios que se instalaron en cuatro plazas para cantar, bailar y aplaudir a los grupos y artistas invitados a este programa

Vecinos y turistas se reunieron alrededor de los escenarios que se instalaron en cuatro plazas para cantar, bailar y aplaudir a los grupos y artistas invitados a este programa

Vecinos y turistas se reunieron alrededor de los escenarios que se instalaron en cuatro plazas para cantar, bailar y aplaudir a los grupos y artistas invitados a este programa. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

La noche de este jueves 5 de diciembre, la música interrumpió la cotidianidad del Centro Histórico, durante la Noche de Plazas. Vecinos y turistas se reunieron alrededor de los escenarios que se instalaron en cuatro plazas para cantar, bailar y aplaudir a los grupos y artistas invitados a este programa, organizado por el Municipio de Quito, por los 485 años de fundación española.

La plaza del Teatro fue el escenario de un recorrido histórico a través de las danzas y ritmos ancestrales de los pueblos originarios de América hasta las más diversas expresiones de la música mestiza de herencia europea.

‘El oriental’ Álvaro Márquez dio inicio al programa con la presentación de la Cantata Hijos del sol, un espectáculo que explora elementos históricos y simbólicos de las culturas andinas y la identidad mestiza a través de la integración de la poesía, música, danza y canto lírico.

Los poemas y relatos declamados por ‘El Oriental’ funcionaron como el hilo conductor, de un viaje sensorial que se complementa con danzas folclóricas, canciones y proyecciones audiovisuales.

Esteban Matute llegó con su familia desde Conocoto para ver las presentaciones de los grupos invitados. Bajo una lluvia constante y sin paraguas, juntos bailaban formando un círculo en una plaza llena hasta la mitad de su capacidad.

La fiesta intercultural continuó con la presentación de la agrupación Ñanda Mañachi, con más de 50 años de trayectoria.

Bajo sus paraguas la familia de Xavier Cóndor bailaba al ritmo de la música interpretada por Ñanda Mañachi.

Personal de la Policía Metropolitana y la Agencia Metropolitana de Control controlaba la seguridad y el consumo en licor, prohibido en espacios públicos.

En la plaza del Teatro también se presentó la Danza Nacionalista Saruymanda, quienes revivieron con música y baile algunos ritos y tradiciones de los pueblos andinos. Al cierre del evento estaba previsto la presentación del grupo Sangre Ecuatoriana, con sus tradicionales ponchos rojos y sombreros con cintas tricolor, quienes ofrecieron un repertorio de albazos, pasodobles y otros ritmos de música ecuatoriana.

Al mismo tiempo, la Banda Municipal junto a Gustavo Velásquez ofrecían una serenata a Quito, en la Plaza Grande. Con más de 50 años de trayectoria, Velásquez es reconocido como el precursor de la cumbia andina en el Ecuador, un legado que continúa en su familia como un tributo a la música nacional.

La lluvia no impidió que Jhonatan Zambrano y su pareja bailaran al ritmo de temas como Cumbia chonera o El aguajal. La gente se guarecía de la lluvia en el corredor del Palacio Arzobispal mientras algunos vendedores aprovechaban para vender paraguas y ponchos de agua.

Yolanda Parra movía su paraguas al ritmo de las canciones de Gustavo Velásquez. Junto a su esposo Rafael llegaron desde la Armenia para recorrer las plazas donde podían escuchar música tradicional ecuatoriana.

Una selección de cumbias, sanjuanitos, albazos, yaravíes y mosaicos pusieron a bailar a quienes escogieron este escenario para celebrar un año más de fundación.

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