El mural ‘Un grito a la Memoria’ en la Fiscalía General del Estado. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Redacción Política (I)
La polémica se aviva con el mural que cuelga en los exteriores de la Fiscalía General del Estado. La familia del extinto presidente León Febres Cordero manifestó su malestar con la obra del artista plástico Pavel Egüez denominado ‘Grito de la memoria’.
En la primera parte de la obra se ve a dictadores latinoamericanos como Rafael Videla, de Argentina, y Augusto Pinochet, de Chile. Un poco separado y en un marco, un retrato de Febres Cordero.
La imagen del líder máximo que ha conocido el socialcristianismo junto a los dictadores fue considerada como un agravio de parte de la familia Febres Cordero. “Ustedes han convertido la sede de la Fiscalía General en una galería del odio para expresar en sus paredes, bajo la forma de un pretendido ‘arte’, ofensas e injurias”, dice la publicación que circuló ayer en algunos diarios del país.
Este lunes 22 de diciembre, la Fiscalía, con la rúbrica de Galo Chiriboga, Fiscal General de la Nación, respondió y niega que se insinúe que Febres Cordero haya sido un dictador, pero recalca un detalle. La obra de Egüez tiene una correspondencia con el informe de la Comisión de la Verdad, que recibió denuncias de violación a los derechos humanos, y que sostiene que el 68% fueron cometidos durante 1984 y 1988, durante el gobierno de Febres Cordero.
Una de las explicaciones que da la Fiscalía es que la tradición ecuatoriana en las instituciones públicas es enmarcar la foto del presidente de la República; y que en las oficinas públicas es donde se torturaba.