Los usuarios pidieron a las autoridades que se refuercen las medidas de bioseguridad en la estación. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Un grupo de concejales y autoridades municipales recorrieron la estación de La Ofelia, norte de Quito, a las 07:30 de este jueves 18 de junio del 2020. El objetivo fue inspeccionar la calidad del servicio y si se cumplen los protocolos de bioseguridad durante la emergencia sanitaria del covid-19.
Lo hicieron en medio de los reclamos de los usuarios. “Todo es puro desorden, aquí no controlan la temperatura. Los pasajeros no sabemos si alguien contrajo coronavirus, los guardias no ayudan”, manifestó Patricia Conforme que salió desde su casa localizada en Carapungo (norte).
Pidió a las autoridades que refuercen las medidas de bioseguridad porque la situación es “caótica” en la estación.
Para Andrea Muñoz, los pasajeros son desordenados y no respetan el distanciamiento de dos metros. “Hoy tenemos bastantes controles, pero diariamente no es así. Se debería mejorar la señalización”.
Hay personas -acotó la usuaria- que no respetan las filas. “A veces se dan peleas por esa situación”. Fernando Vera solicitó a las autoridades que inspeccionen en las paradas de los alimentadores que se saturan de gente.
En el recorrido intervinieron los concejales Omar Cevallos y Analía Ledesma, así como el vicealcalde Santiago Guarderas. También Guillermo Abad, secretario de Movilidad, y Juan Manuel Aguirre, director de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT).
Para Abad, una de las prioridades es observar que se cumplan las normas de bioseguridad de los buses tanto dentro como fuera de la estación de La Ofelia, es decir cuando se movilizan por las vías. La idea es monitorear si los incumplimientos de aforo en las unidades son esporádicos o recurrentes. “Queremos evitar la generalización”.
También se busca verificar que los usuarios cumplan con las medidas de bioseguridad, pues se han dado casos de gente que trata de ingresar a la fuerza. A su criterio, en las paradas grandes se controla el flujo de pasajeros, pero eso debe cumplirse también en las pequeñas.
Los usuarios deben llevar mascarillas y guardar la distancia. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
A futuro -precisó el funcionario- se prevé incrementar el número de unidades una vez que los empleados públicos se incorporen a sus actividades de forma presencial. Al momento prestan servicio 1 200 buses convencionales y 200 unidades municipales, entre trolebuses, articulados y biarticulados. Según Abad, está previsto que se sumen 300 buses para cubrir la demanda de los trabajadores el sector público, una vez que desde el lunes 22 de junio se incorporen a las actividades.
El vicealcalde Guarderas conversó con la gente mientras recorría la parada. “Me han dicho que en las tardes la situación se complica”. Añadió que lo primordial es comprobar y observar que las medidas de bioseguridad se cumplen a cabalidad.