El Municipio anunció la salida de una feria libre
Redacción Quito
En el puesto de Ramón Sango, quien vende ropa de lana en la feria de La Ofelia, en el norte, se entregaron dos hojas. El sábado, la Asociación de la Feria distribuyó una nota de prensa entre los comerciantes. En el volante se informaba el anuncio del alcalde Augusto Barrera sobre la reubicación de la feria.
Los comerciantes se mostraron molestos. Sango, vendedor desde hace 20 años, contó que desde el inicio de la administración de Barrera nunca se han reunido a discutir una posible reubicación. “Solo hemos tenido diálogos con la Administración Zonal. No sabemos nada. Estamos sorprendidos por el anuncio”.
2 200 vendedores
trabajan en el mercado según el registro de la Asociación de
comerciantes.Entre los vendedores hubo comentarios por lo que dijo Barrera en una entrevista con Radio Quito, el miércoles pasado. Allí el Alcalde informó que “la feria va a tener que reubicarse. Tenemos la decisión firme y clara de recuperar esa zona”.
El Burgomaestre no dio fechas pero adelantó que hay diálogos con los comerciantes. Una de las razones técnicas, expuestas por la Alcaldía, para la posible salida de la feria de ese sitio es la congestión que hay en los alrededores del mercado.
Los dirigentes de los comerciantes dijeron no haberse reunido con Barrera en los últimos meses. En diálogos con la Administración Zonal La Delicia, los comerciantes plantearon construir un centro comercial popular.
El viernes pasado, la directiva de la Asociación se reunió para analizar las declaraciones del Alcalde. Miriam Suquitana, presidenta del gremio, y la junta directiva empezaron a gestionar una audiencia para presentar su propuesta al Municipio y rechazar una reubicación a la fuerza.
Entre los clientes y comerciantes de la feria hubo criterios divididos durante el fin de semana. María Chimba, vendedora, aseguró que se realiza la limpieza en el mercado, al final de cada feria. “Los desperdicios se amontonan y luego son quemados”.
Patricio Taco, quien realiza las compras semanales en este sitio, reconoció que hay malos olores y que los puestos de alimentos, verduras, ropa, mariscos... están ubicados en desorden.
Lo que más molesta a los vecinos en los alrededores del mercado de La Ofelia son los montículos de basura en las esquinas. “Los desperdicios de frutas y verduras no desaparecen quemándolos. Toda esa basura produce mal olor”, aseguró Taco.
El vecino agregó que los sábados, por las noches, se puede encontrar a niños que caminan y rebuscan en la basura. A pesar de eso, Graciela García prefiere ir a esta feria a comprar por ser más económica. Ella no tiene problemas de tránsito porque llega caminando desde su casa.
Las vías aledañas a la feria se llenan de negocios y de comerciantes informales. En las calles John F. Kennedy, Ramón Chiriboga y la avenida La Prensa, varios autos se estacionan sobre las aceras aledañas al mercado.
La Asociación de comerciantes no posee un registro detallado de cuántas personas trabajan en el mercado. Según la organización, hay datos de las personas que instalan carpas y puestos en la feria.
Los manteles, ollas y hasta ropa se comercializan en las aceras. En la feria también trabajan estibadores y tricicleros, que transportan quintales de papas. En las afueras, sobre las veredas, hay músicos que instalan parlantes a alto volumen para cantar.
Los visitantes no pueden caminar libremente porque se colocan costales y fundas de basura. La gente camina por la avenida. Los vecinos aseguran que en los últimos meses hay hasta tres días de feria; la actividad comienza el jueves y termina el sábado.
Los vehículos tampoco pueden circular con facilidad. Avanzar de una cuadra a otra toma hasta 10 minutos.