Redacción Mundo
Las medidas económicas anunciadas por el Gobierno español, a inicios de mes, tendrá su incidencia (positiva o negativa, el tiempo lo dirá) en el sistema económico de ese país. A la cabeza de esa decisión está el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Al líder socialista no le tocó otra. La economía española ya no aguantaba más, a tal punto que se temía que ocurra lo mismo que Grecia o Irlanda. Sin embargo, muchas veces, Zapatero descartó esa situación, argumentando que las condiciones del país eran totalmente diferentes.
Privatizaciones parciales en aeropuertos y loterías, rebajas fiscales y eliminación del subsidio para los desempleados son parte de las medidas adoptadas. Y sus secuelas, sin duda, trascienden fronteras e, incluso, cruzan el océano Atlántico.
Entre las decisiones adoptadas hay una que incidirá directamente en miles de familias ecuatorianas y otras de la región. Se trata de la no renovación del bono de desempleo mensual, por 426 euros (unos 562 dólares estadounidenses).
La medida afectará a ecuatorianos, nacionalizados españoles, que están desempleados o subempleados y lo estarán por algún tiempo hasta que se supere la crisis. Las asociaciones de emigrantes en España y organizaciones especializadas temen que la situación se agrave.
Un antecedente preocupante estuvo en los despidos y en la reducción de horas de trabajo en empresas productivas y de servicios. Ello redujo la capacidad de pago de las familias, especialmente, aquellas que contrajeron créditos hipotecarios.
A mediados de año, también se decidió eliminar el bono-bebé que recibían las madres que tenían un hijo: Es de 2 500 euros, unos 3 300 dólares. Su vigencia se aplica desde el próximo mes. Las secuelas de la situación económica entre los emigrantes se observan en, por ejemplo, la reducción de las remesas.
De alguna forma, con el bono de 460 euros podían “hacer números” y salir mes a mes. Cuando aplique su eliminación, desde febrero próximo, se verán los efectos de la medida en los emigrantes.
Rodríguez Zapatero y el resto de socialistas están seguros de que los ajustes darán resultado. Sin embargo, no todos creen lo mismo: Cayo Lara, coordinador de la Izquierda Unida, manifestó que las medidas económicas son un asesinato económico contra la clase trabajadora.
De los resultados que tengan estas decisiones dependerá la tranquilidad de las familias españolas, incluidas la de emigrantes y dentro de éstas las de ecuatorianos.