La primera huelga general contra la política económica del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero mermó ayer considerablemente la actividad industrial de España. El paro causó problemas en el transporte, pero sin llegar a paralizar el país, cuyos comercios abrieron con normalidad.
La jornada de huelga, que bajo el lema “Así no. ¡Rectificación ya!” concluyó al caer la luz con dos masivas manifestaciones en Madrid y Barcelona, se saldó con más de 100 detenidos y 30 heridos en enfrentamientos entre la Policía y piquetes sindicalistas y otros altercados. Los más graves tuvieron lugar en Barcelona y estuvieron protagonizados por activistas antisistema, que aprovecharon la movilización para sembrar el caos durante horas en la ciudad.
fakeFCKRemoveDe acuerdo con los sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), el paro de 24 horas tuvo un seguimiento de alrededor del 70% y fue, por lo tanto, secundado por unos 10 millones de asalariados. Una participación “masiva” y todo un “éxito”, dijeron los secretarios generales de CCOO y de UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, que emplazaron a Zapatero a rectificar su política y “volver a la senda de la razón”.
El gobierno de Zapatero no dio datos globales. La huelga tuvo “un seguimiento desigual y un efecto moderado”, hizo balance de la jornada el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. Los efectos del paro general, el séptimo desde el final de la dictadura franquista en 1975, se sintieron sobre todo en la industria siderúrgica y del automóvil, que quedó casi paralizada. En ella secundó la huelga casi el 100% de los trabajadores y en el transporte paró el 21%, dijo el ministro en La Moncloa.
Los sindicatos volvieron a exhortar al Gobierno a derogar la polémica reforma laboral -que facilita los despidos y reduce las indemnizaciones- y el recorte de los sueldos de los funcionarios, además de retirar el proyecto para retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años.
“Este clamor, esta expresión de democracia, no puede dejar impasible al Gobierno. El Gobierno tiene que reaccionar”, aseguró el líder de CCOO durante la marcha de Madrid.
Toxo advirtió de que de no hacerlo se iniciará la “senda de conflictividad social”. La patronal, por su parte, destacó la normalidad de la jornada y consideró que el paro, que coincidió con una jornada de protestas sindicales en varios puntos de Europa (Bruselas, Lisboa y Porto), apenas se notó en sectores como el comercio.
Zapatero se había mostrado conciliador con los sindicatos por la mañana, cuando dijo que mantendrá su “mano tendida” y que confía en encontrar “cauces de diálogo” a partir de este mismo jueves. Su ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, dejó claro sin embargo que el Gobierno no retirará sus polémicas reformas, a las que se vio obligado por la grave crisis económica y fiscal que atraviesa el país, que además tiene un récord histórico de 4,6 millones de desempleados, el 20,1% de la población activa.
El paro afectó también a los mercados mayoristas y al transporte urbano en ciudades como Madrid y causó la cancelación o retrasos de más de 300 vuelos en los aeropuertos del país. También limitó a los medios de comunicación, ya que los principales periódicos de tirada nacional salieron con ediciones reducidas. Además, muchos quioscos de prensa amanecieron cerrados o sin diarios, ya que las distribuidoras se sumaron a la huelga.