Wikileaks, sobre cuyo fundador -Julián Assange- sigue pesando una orden de arresto internacional, luchaba ayer sábado por seguir en línea.
Tras una breve interrupción, la dirección internet en Suiza del portal (www.wikileaks.ch), que publica desde el pasado 28 de noviembre telegramas diplomáticos estadounidenses, funcionaba de nuevo ayer sábado.
“Dos horas después de la desactivación” de esta dirección por parte del proveedor estadounidense de dominios EveryDNS.net, “hemos logrado un montón de servidores DNS (sistemas de nombres de dominio) disponibles”, anunció el Partido de los Piratas de Suiza, que apoya a Wikileaks en nombre de la libertad de expresión en Internet.
Además, se constataron cientos de sitios web “espejos” de Wikileaks. Esta es una práctica en internet que consiste en que, cuando los internautas detectan una censura, “se forma una comunidad de forma espontánea y todo el mundo se pone a replicar por todos los sitios”, explicó Grégoru Frabre, ingeniero en Sistemas.
Pese a que las notas diplomáticas han causado revuelos en todo el mundo, el país más molesto por su difusión sigue siendo EE.UU.
La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, reconoció que durante semanas seguirá contactando a dirigentes extranjeros molestos por las filtraciones para tratar de calmarles.
Paralelamente, continúan los intentos de Washington por limitar el acceso a Wikileaks. El Ejército advirtió a sus soldados que no consulten los documentos publicados por Wikileaks.
Sobre el fundador del portal, Julián Assange, sigue pesando una orden internacional de arresto emitido por Suecia por una presunta violación. Assange se encuentra supuestamente en Gran Bretaña y su detención podría ocurrir “la próxima semana”, informó el diario británico The Times, citando fuentes policiales.
Uno de los abogados londinenses de Assange, Mark Stephens, precisó ayer a la AFP que serán necesarios unos 10 días entre el momento en que la orden se emita y el momento en que la reciba la Policía británica.