El pasado martes, los creadores del popular juego ‘Angry Birds’, tuvieron que tranquilizar a sus seguidores de todo el planeta. “Nosotros no colaboramos, conspiramos ni compartimos datos con ninguna agencia de espionaje de ninguna parte”, aseguró la empresa Rovio en un comunicado desde su sede en Helsinki, Finlandia.
Un día antes se había publicado que aplicaciones como esta (con unas 2 000 millones de descargas desde el 2009) son un instrumento de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU. para acceder a información personal.
A pesar de la aclaración, casos como este son la causa de que el próximo 11 de febrero activistas de Internet en ese país hayan convocado a una protesta en línea masiva. Bautizada como ‘The day we fight back’ (‘El día que contraatacamos’) será una jornada en que las páginas estadounidenses que se adhieran podrán instalar un ‘banner’ especial donde se exija al Gobierno eliminar toda práctica de recopilación de datos personales.
La sugerencia a los cientos de millones de internautas en el resto del mundo es que también exijan a sus autoridades la garantía de que su privacidad en línea no será invadida.
Y como en cualquier iniciativa en esta era de las redes sociales, los usuarios de Twitter y Facebook están invitados a “viralizar” la discusión sobre el tema. La fecha fue escogida en memoria de Aaron Swartz, fallecido hace un año. Fue un joven programador que a los 14 años colaboró en el desarrollo del sistema RSS, a través del cual el internauta escoge los temas sobre los cuales quiere mantenerse informado y recibe alertas sobre los mismos a través del correo electrónico.
Las revelaciones realizadas en junio pasado por el extécnico de la CIA, Edward Snowden, avivaron el tema sobre el poder que adquieren las grandes corporaciones de la web sobre la información privada del usuario. Pero son apenas la punta del ovillo dentro del activismo por los derechos de la navegación en Internet.
Más allá de las medidas básicas de seguridad
En el 2013 fue apenas una semana después de que la presidenta brasileña Dilma Rousseff denunciara, el 24 de septiembre, el espionaje de las comunicaciones por parte de EE.UU. a gobiernos como el suyo ante la Asamblea General de la ONU. El 1 de octubre la NSA empezó su ‘Cibersecurity Awareness Month’ (Mes de Concienciación sobre la Ciberseguridad).
Se trata de una serie de actividades efectuadas desde el 2003 por este organismo de Inteligencia y busca, según consta en su sitio web, “mantener a la Internet -nuestra ciudad virtual- como un lugar que sea seguro para interactuar y progresar”.
Parte de la misma consistió en promover páginas (como staysafeonline.org) con recomendaciones para el manejo adecuado de contraseñas, uso seguro de redes inalámbricas y protección contra virus y ‘softwares’ malintencionados que pueden dañar computadores, tabletas y teléfonos inteligentes. Sin embargo, para organizaciones no gubernamentales como The Electronic Frontier Foundation estas prácticas están muy lejos de ser suficientes. Uno de los estandartes de su trabajo es promover la navegación anónima, para lo cual permite la descarga gratuita www.eff.org de un ‘plug-in’ que antepone “https://” a cualquier sitio que se visite, para los navegadores Google Chrome y Firefox de Mozilla.
El periodista y catedrático estadounidense Jeff Jarvis critica, por su lado, que las compañías involucradas con la comunicación en línea (e-mail, chats, intercambio de archivos) no ofrezcan una opción automática para que los usuarios encripten su información y sea más difícil de ser espiada. Por eso promueve que más usuarios aprendan a usar programas de código abierto (gratuitos) que permitan cifrar lo que se envía y recibe vía Internet.
Una posición parecida mantiene su colega Dan Gillmor, considerado un pionero del periodismo ciudadano, quien escribió en noviembre pasado para Slate.com que “si empresas como Microsoft, Google y Facebook pueden facilitar el espionaje de la NSA, igualmente pueden detenerlo”. Gillmor siempre recalca la importancia de extender el conocimiento sobre cómo ‘poner doble llave’ a los datos de los usuarios.
Existen críticos que afirman que estos esfuerzos pueden resultar inútiles, por las inversiones de los gobiernos en programas para descifrar cualquier código de seguridad. Pero un artículo de junio pasado de la revista Computer World sostiene que, si bien esto no garantiza detener a la NSA, “sí le vuelve el trabajo más difícil”.
En contexto
En el futuro, empresas como Google, Microsoft, Yahoo y Facebook podrán publicar datos más precisos, acerca de con cuanta frecuencia las autoridades solicitaron datos de usuarios o bajo qué base legal lo hicieron.