Buenos Aires mira absorta una toma de tierras conocida como Parque Metropolitano. Destinado a ser el pulmón del sur de la ciudad -aunque más es un terreno baldío- es el escenario de violencia entre las colectividades que pretenden asentarse ahí y los vecinos del barrio Villa Soldati.
El conflicto, que cuenta ya con cuatro muertos, enfrenta también al Gobierno Nacional con el de la ciudad, de claras diferencias políticas. El 8 de diciembre, por orden de una jueza, la Policía Federal (de la Nación) y la Metropolitana (de la ciudad) desalojaron a las 200 familias que tomaron el predio. Hubo dos muertos y decenas de heridos de bala que ambas policías explicaron que provenían de armas de bajo calibre, no propias de Fuerzas Armadas.
La Federal, luego del desalojo, abandonó la zona y al día siguiente volvieron las familias, en su mayoría de origen boliviano y paraguayo. Las desafortunadas declaraciones del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, alimentaron esa xenofobia. Acusó “a la inmigración descontrolada” luego “de 10 años de progresismo”, familias que “provienen de países limítrofes” y vinculados con “el narcotráfico”.
Luego de eso y ante la inacción policial, una batalla campal entre ‘okupas’ y vecinos de la zona conocida como Villa Soldati, con armas de fuego incluidas, produjo un tercer muerto: Juan Castañares, boliviano de 38 años.
Su esposa, Elizabeth, lloraba ante los medios. “Empezaron a disparar los de la Metropolitana”, decía, mientras cerca a ella decían “ándate a tu país”, “ándate a El Calafate (la provincia en que vivió la presidenta Cristina Fernández), que ahí te van a dar todo lo que quieres”.
Anoche siguieron los enfrentamientos, que dejaron un muerto (una joven de 19 años) y unos 30 heridos, informó el canal C5N.