Los manifestantes se enfrentan a la policía frente a la entrada del edificio de la Asamblea Nacional en Belgrado, el 10 de julio de 2020, durante una manifestación contra un toque de queda de fin de semana anunciado para combatir el resurgimiento de las infecciones por covid-19 (nuevo coronavirus). Foto: AFP
La cuarta noche de protestas contra la gestión de la pandemia por parte de las autoridades serbias ha degenerado en violencia este viernes 10 de julio de 2020 en Belgrado, donde los manifestantes lanzaron piedras, petardos y bombas de humo a las fuerzas de seguridad frente al parlamento.
La mayoría de los miles de manifestantes eran pacíficos, pero algunos grupos de jóvenes a menudo enmascarados lanzaron petardos y entonaron eslóganes nacionalistas o cánticos proclamando la tutela serbia sobre Kosovo, antes de saltar las vallas de seguridad y subir las escaleras que conducen al parlamento, constataron los periodistas de la AFP.
Cuando las fuerzas antidisturbios se interpusieron fueron blanco de piedras y otros proyectiles, petardos ensordecedores y bombas de humo. La policía a caballo, situada en la parte trasera del parlamento, no intervino.
La mayoría de los manifestantes se mantuvo alejada de estos incidentes y algunos contribuyeron a ponerles fin, interponiéndose y reinstalando las barreras de seguridad.
Las fuerzas de seguridad, acusadas de haber actuado con violencia durante los dos primeros días de manifestaciones, no replicaron a los proyectiles y se alejaron de los alrededores del Parlamento en torno a las 21:30, haciendo uso de gases lacrimógenos.
Las manifestaciones en Belgrado comenzaron el martes por la noche, después de que el presidente Aleksandar Vucic anunciara su intención de imponer este fin de semana un confinamiento total a la población, porque las cifras de contagios vuelven a subir en este país de los Balcanes que cuenta oficialmente con 370 muertes por el nuevo coronavirus.
Una parte de la población acusa al gobierno de restar importancia a este balance, de abandonar a la población y de llevar a cabo una gestión incoherente.
Las autoridades serbias impusieron en marzo uno de los confinamientos más estrictos de Europa, antes de que el presidente Vucic proclamara su “victoria sobre el virus” y desconfinara el país.
Las protestas parecen espontáneas, sin líderes y al margen de los partidos de oposición tradicionales. Los manifestantes están unidos por su rechazo a Aleksandar Vucic, con un espectro político muy amplio que va de la izquierda a la extrema derecha.
Solo la manifestación del jueves por la noche fue pacífica. Los manifestantes habían decidido en Belgrado y en otras ciudades responder con sentadas a cualquier aumento de tensión.
“Irresponsabilidad” de los manifestantes
“Sigo a favor de manifestaciones pacíficas porque la violencia engendra violencia”, pero “creo que las circunstancias han cambiado y la gente ahora está más decidida a hacer que estos gobernantes se vayan”, dijo Tijana Milojevic, de 30 años, quien participó en las protestas el viernes.
En Novi Sad (norte) , los manifestantes cortaron la autopista, un acto que Aleksandar Vucic calificó de “terrorismo puro” en la cadena Pink TV.
El gobierno ha renunciado al confinamiento, pero prohíbe las concentraciones de más de 10 personas -lo que teóricamente equivale a prohibir las manifestaciones– y reduce el horario de bares, tiendas y otros comercios.
En las últimas 24 horas, el país ha registrado 18 muertes y 386 nuevos contagios, informó la primera ministra Ana Brnabic, lamentando un “aumento dramático”.
Aleksandar Vucic responsabilizó a los manifestantes: “Hemos llegado (a esta situación) debido a la irresponsabilidad de aquellos que llaman a tomar las calles”, denunció. “Ruego a la gente que no salga a manifestarse porque acabará pidiendo ayuda a los médicos”, dijo.
En estas manifestaciones “nada es conforme con la ley”, insistió el jefe de Estado.
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