Redacción Guayaquil
Vine hace siete años, desde Caracas, para estudiar periodismo, porque mi mamá es originaria de acá. Ingresé a la Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil porque me dio las mayores facilidades para pagar el costo de las pensiones y mi inscripción.
Después, decidí quedarme porque me gusta el Ecuador. Ya lo conocía por mis dos viajes anteriores, a los 10 y 19 años. Me radiqué desde los 20 años en Ecuador porque es un país que da bastante apertura a los extranjeros. Nos tratan como un ecuatoriano más.
Es bastante buena la apertura que hay para los extranjeros. Me parece que es un país bastante tranquilo, a pesar de que hay inseguridad. Eso también es normal, en Caracas hay 150 muertos por semana y es algo con lo que uno aprende a vivir.
En primera instancia vine para estudiar, pero se me abrieron las puertas para poder ejercer lo que estudié. Depende de cómo me siga yendo para estar aquí o donde Dios crea pertinente tenerme. Ya terminé la carrera, ahora estoy haciendo los seminarios para obtener la licenciatura.
Me quedé solo acá, mi mamá ya se fue a vivir a Estados Unidos junto con mi hermana que tuvo su segundo niño. Soy reportero en Cable Deportes desde hace dos años y me ha ido bastante bien.
Al principio tenía inconvenientes por mi acento venezolano que se notaba bastante en las notas que locutaba, entonces tuve que aprender a dosificarlo para que no se note tanto. Me fue un poco difícil pero con la práctica cotidiana y el roce con la gente de acá se me ha ido olvidando. El español que hablamos en Venezuela es mucho más caribeño, tiene parecido con las de Cuba y esos países de esa región.
Creo que en este momento no regresaría a Venezuela porque existen bastantes cosas que no me gustan y que están pasando en mi país. No me gusta el régimen político (del presidente Hugo Chávez). No es lo que esperábamos. Buscábamos un cambio pero no radical como ha traído la llamada revolución bolivariana y la era de Hugo Chávez.
En Venezuela creo que se han perdido bastantes cosas, como la amabilidad que nos caracterizaba. Se ha dividido el país. No se puede hablar normalmente de política porque se entran a golpes. Se ha perdido la decencia del venezolano. Creo que la mitad de los venezolanos que votó por el presidente Chávez debe estar arrepentida, por los altos índices de inseguridad.
A pesar de ser un país petrolero hay mucha pobreza y gente sin trabajo. No era lo que esperábamos, en diez años debería haber un cambio, pero parece que hemos involucionado y no evolucionado. Eso lo constaté en noviembre que visité el país.
No se puede conseguir leche fácilmente como antes. Tampoco se consigue café a veces que antes si se lo hacía. Se han radicalizado las medidas chapistas. Se han perdido muchos derechos, como la libertad de expresión con el cierre de RCTV. Ahora se pretende controlar la Internet que no solo se la utiliza como entretenimiento sino como medio de expresión. No creo que la visita de Chávez haga algún daño al Ecuador, siempre que sea fructífera”.