Mónica Mendoza,
Editora Guayaquil
TC Televisión y Gama TV están valorados en USD 87,7 millones. Pero sin duda el valor político para el Gobierno de Rafael Correa -que los administra- es superior. Durante el mes que duró el Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010 sus pantallas fueron su mejor herramienta para el ataque político.
Durante los 62 partidos las cuñas más escuchadas fueron las de la empresa privada ‘Avanza Hino de Mavesa’, y el estribillo ‘Hasta la victoria siempre’, que salía al final de los ‘spots’ de la campaña estatal en contra de los medios de comunicación.
TC y Gama, que se incautó la desaparecida Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) hace dos años, son mucho más que dos canales. Las estaciones, que eran propiedad de los hermanos Roberto y William Isaías, tienen señal nacional, con influencia en la Costa y la Sierra. En la parrilla de TC hay programas de alta sintonía como ‘Mi recinto’ y ‘El noticiero’. Además, que en el último mes tuvieron un público cautivo en su sintonía y mayor publicidad.
Los dos canales son parte del paquete de 525 empresas que siguen en manos del Estado. Hace dos años el Gobierno ejecutó su mejor golpe político y mediático al mayor grupo económico de la Costa. Pero no cumplió la oferta de venderlos en un año y recuperar USD 661 millones de pérdidas que estableció en Filanbanco, cuando lo manejaban los ex banqueros.
Los problemas para valorarse, los cruces de cuentas, deudas pendientes y los “malabares empresariales” han sido los justificativos de los directivos.
El primo de Correa, Pedro Delgado preside el Fideicomiso ‘No más Impunidad’ que administra los bienes. Pero hasta ahora todo está aparentemente bloqueado. Los empleados no se han atrevido a comprar acciones. La intención es que el 30% del paquete de los canales quede en manos de los trabajadores y que se maneje a través de un fideicomiso estatal. ¿De dónde saldrá el dinero? Los fondos podrían salir de la Corporación Financiera Nacional.
Hace una semana se abrió la oferta para que los tenedores de certificados de depósitos de la banca cerrada compren hasta USD 20 000 cada uno en acciones. Así se vende la idea de “democratizar el capital”, un discurso de Rafael Correa.
Cuando las estaciones de TV cayeron en manos del Estado, los derechos de transmisión de los mundiales de fútbol del 2010 y 2014 ya habían sido comprados en USD 6 millones por los Isaías. Lo que hizo la actual administración fue invertir USD 2 millones para la producción mundial y explotar esa exclusividad. Es probable que el Mundial de Brasil 2014 también siga incautado si el Gobierno no logra vender las estaciones en cuatro años más.
Con las empresas en manos del Estado también se cumplió la oferta de que todos los empleados estén bajo contrato y afiliados al Seguro Social. El grupo de compañías incautadas genera actualmente 5 000 fuentes de empleo directo. Aunque en el Hotel Ramada y en el ingenio azucarero Ecudos se registran líos laborales.
Estar bajo la marca del Gobierno no ha sido rentable para todas las empresas. El grupo EICA, que comercializa autos y maquinaria pesada tiene saldo rojo en sus balances económicos. Pero es un puntal del Estado en el Plan Renova, ya que es el proveedor de autos, especialmente de la línea KIA, para el programa social dirigido a la transportación pública.
En manos del Estado también está el tercer mayor productor de azúcar del país. Ecudos, valorada en USD 188, 3 millones, se considera la ‘ joya de la corona’, ya que es la más grande del paquete. El año pasado registró utilidades de USD 7,5 millones. En su planta se producen las fundas de 2 kilos de azúcar Socio Solidario, a menor valor que otras marcas, y se dirige a beneficiarios del bono estatal.