Un fuerte terremoto que azotó el domingo parte de la frontera entre México y Estados Unidos sacudió edificios desde Mexicali hasta Los Ángeles y dejó al menos dos muertos. El sismo, de magnitud 7,2, dañó el domingo por la tarde carreteras, edificios y derribó postes de electricidad, dejando a localidades enteras a oscuras.
El sismo afectó sobre todo a la fronteriza e industrial ciudad mexicana de Mexicali, un importante y transitado cruce fronterizo hacia Estados Unidos.
“Hasta las 24 horas del día de ayer se habían reportado dos personas fallecidas, una en el Valle de Mexicali y otra en el casco urbano de esa ciudad”, dijo el gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna, a la cadena Televisa. El funcionario agregó que había unos 233 heridos.
Una de las personas falleció cuando se desplomó su vivienda y la segunda murió por la caída de una barda, de acuerdo con el Gobernador del estado.
En Mexicali, la capital de Baja California, con poco más de un millón de habitantes y sede de plantas maquiladoras, varios edificios del Gobierno, la universidad estatal y hospitales mostraban grietas y vidrios rotos, aunque no hubo derrumbes.
En la mañana del lunes, un 75% del servicio eléctrico fue restablecido después de que el sismo y varias réplicas dejaran a Mexicali a oscuras. Debido a la falta de luz eléctrica y a que colapsaron sus casas, cientos de personas pasaron la noche en sus carros o en tiendas de campaña.
“No podíamos estar en casa, mis hijos se asustaron mucho y nosotros también. No es la primera vez que paso por una situación igual. En 1985 me tocó afrontar el terremoto de Ciudad de México”, relató Carlos, un trabajador de aduanas de 34 años.
El hombre había pasado la noche en el estacionamiento de un centro comercial en una casa de campaña con su esposa e hijos.
La Policía patrullaba las calles de la ciudad fronteriza para evitar saqueos a supermercados, muchos de los cuales tenían productos tirados en el piso y sus puertas de cristal rotas. Las clases fueron suspendidas en la ciudad.
La carretera principal entre la capital estatal y la ciudad de Tijuana, también en Baja California, cerca de la costa del Pacífico, presentaba una profunda grieta, narró un testigo.
El paso fronterizo de Mexicali a Calexico fue cerrado por la noche y reabierto temprano el lunes, pero solo a los peatones, en tanto llegaban expertos para evaluar los daños en el puente que conecta a ambos países.
En Calexico, de 40 000 habitantes, los encargados de oficinas estatales y comercios limpiaban vidrios rotos esparcidos por doquier debido al sismo, que también causó daños en edificios así como en líneas de gas y agua.
“Dada la magnitud del terremoto, el daño no fue tanto”, señaló Jesús Cintora mientras barría los vidrios de la ventana de su oficina, en el centro de la ciudad.
Turistas que intentaban volver a sus casas luego del feriado de Semana Santa se vieron en problemas para cargar combustible en medio del tráfico.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su siglas en inglés) reportó en un principio que el sismo había sido de magnitud 6,9, con epicentro a una profundidad de 32 kilómetros.
Pero luego revisó su intensidad a 7,2 y la profundidad a 10 kilómetros. Un sismo de esa intensidad puede causar serios daños en áreas urbanas. Desde el domingo se registraron unas 180 réplicas menores que mantuvieron en vilo a la población. Algunas de ellas fueron imperceptibles, pero otras tuvieron una magnitud de más de cinco en la escala de Richter.
Los devastadores terremotos que golpearon a Haití (12 de enero) y a Chile (27 de febrero) este año han dejado a muchos latinoamericanos nerviosos en una región que suele sufrir movimientos telúricos con frecuencia.
En algunos vecindarios de San Diego -cerca de la frontera con Tijuana- se reportaron daños menores y el estallido de tuberías.
En Los Ángeles, a unos 320 km del epicentro, también los edificios fueron sacudidos. El sur de California y el noroeste de México son propensos a sismos por situarse sobre la falla de San Andrés, que divide a las placas tectónicas de Norteamérica y del Pacífico.
El presidente de México, Felipe Calderón, viajó ayer a Baja California para verificar los daños causados por el terremoto.
“Sabemos que los daños son graves, de consideración en infraestructura”, en particular en la ciudad de Mexicali y en el Valle de Mexicali, aseguró el gobernador Osuna. Él declaró estado de emergencia en Mexicali y podría hacerse una declaratoria a nivel federal para liberar recursos del fondo de emergencias.
El terremoto fue más fuerte que el de 7,0 grados que dejó unos 220 000 muertos en Haití.