A una semana de que se desatara un inusual temporal en el árido norte de Chile, aumentó a 23 el número de fallecidos -con el hallazgo de cinco cuerpos- y contabilizan 57 las personas desaparecidas en las zonas afectadas, confirmó el martes 31 de marzo el gobierno de Michelle Bachelet.
Hay “23 personas fallecidas y 57 personas desaparecidas, 22 381 personas damnificadas, de las cuales 4 095 corresponden a personas que se encuentran en condición de albergados” , dijo en rueda de prensa Ricardo Toro, director de la Oficina Nacional de Emergencias, Onemi.
Imágenes dantescas de aluviones que arrasaron con pueblos enteros en la región de Atacama -a unos 800 kilómetros al norte de Santiago– y la vecina ciudad de Antofagasta, siguen apareciendo a una semana de que iniciarán las inusuales lluvias que provocaron la tragedia.
El gobierno de la presidenta Bachelet -quien la semana pasada recorrió la zonas afectadas– anunció el lunes 30 de marzo que destinará más de USD 9,5 millones para las 13 comunas más afectadas.
Este martes las autoridades de Salud Pública anunciaron que además de la alerta sanitaria que se decretó la semana anterior se sumaron acciones para prevenir enfermedades, enviando a la zona dosis extra contra la influenza y la hepatitis A.
En cuanto a los servicios públicos, el servicio eléctrico se restableció en un 95% y en 80% el agua potable en Atacama, la región más afectada.
Toneladas de comida y artículos de primera necesidad son repartidas en las zonas afectadas, mientras que las comunicaciones funcionan con normalidad en las principales ciudades luego de días de interrupción en los servicios.
Las lluvias caídas la semana pasada superaron ampliamente el promedio en una zona en donde la sequía reinaba en los últimos años, eso se sumó a la falta de infraestructura suficiente para soportar estas condiciones climáticas.
En Atacama se ubica el desierto del mismo nombre, considerado el más árido del mundo.
Donación boliviana siembra polémica
Este martes la donación desde Bolivia de 13 toneladas de agua embotellada a las zonas afectadas desató la polémica, ya que el ministro boliviano de Defensa, Jorge Ledezma, encargado de la entrega, usó una chaqueta con la leyenda “El mar es de Bolivia” .
La reacción de desaprobación del gobierno chileno fue inmediata y esta noche el presidente boliviano Evo Morales destituyó al funcionario por el incidente.
“Lamento mucho tomar esta decisión frente al compañero Ledezma, pero no podemos cometer esta clase de errores” , afirmó el mandatario para anunciar la destitución y nombrar al oficialista Reymi Ferreira como sucesor.
La decisión del mandatario boliviano llega horas después de que el canciller de Chile, Heraldo Muñoz, reclamara por la acción de Ledezma.
Los dos países vecinos carecen de relaciones diplomáticas desde 1978 y mantienen abierto en la Corte Internacional de La Haya un litigio en reclamo de la salida al mar que Bolivia perdió en manos de Chile en una guerra librada a fines del siglo XIX.