El ex comandante de la revolución cubana Huber Matos, afirmó que él fue el primer preso político del régimen de Fidel Castro y, mientras Cuba abre las cárceles a disidentes para que se refugien en otros países, advierte desde Miami: “el destierro es un combustible para el activismo”.
“El destierro es muy duro, pero es también un combustible interior para el activismo. Uno piensa: no tengo patria, y se siente que tiene que hacer el máximo para cambiar la situación”, dijo Matos, de 91 años, en una entrevista con la AFP.
El veterano ex revolucionario consideró “hay una serie de hechos que forzaron al régimen cubano a este cambio: la muerte del preso político Orlando Zapata en huelga de hambre; las marchas de las Damas de Blanco; también la huelga de hambre de (disidente Guillermo) Fariñas”.
A ello se sumó “la presión internacional y la influencia que tienen ahora los medios electrónicos para mostrar esta situación al mundo”, agregó.
Matos integraba la cúpula de los cinco máximos comandantes de la revolución cubana, pero meses después del triunfo en 1959 mostró diferencias con el régimen. Fue considerado un “traidor” sedicioso y enviado a la cárcel, de la que salió recién 20 años después y partió al exilio.
“Fidel decía: somos cinco jefes los comandantes que gobernamos el país. Y se nombraba primero él, después su hermano Raúl, en tercer lugar estaba yo, luego Camilo Cienfuegos y finalmente Ernesto Guevara. Aunque la realidad es que él disponía de todo, nadie lo discutía, solo yo ” .
Matos era jefe en Camaguey y presentó su renuncia al Ejército Rebelde, pero enseguida fue detenido y acusado de conspirar contra el proceso revolucionario. “Me mandaron a prisión y querían fusilarme, pero no se atrevieron”, reflexiona.
“…Pasé siete años sin visitas, querían que me arrepintiera, que algún día dijera no aguanto más, pero soporté torturas y golpizas, nunca me rendí y cumplí toda mi pena”, recuerda.
Hace 31 años que el ex maestro de escuela rural carga con el destierro desde que salió de Cuba en 1979. Y dice que tiene reminiscencias de la prisión.
Cuenta que cuando alguien deja su país por problemas políticos carga con el destierro como una cruz. “Uno sueña con el día de volver a su pueblo, se imagina cosas, planifica lo que haría, sueño con enseñar cómo debería funcionar una república”. Cree que quienes hoy manejan el Gobierno cubano “tendrán que salir huyendo más tarde o más temprano porque ya no tienen ningún respeto moral, la estructura de poder está deshecha y podrida, todo el mundo roba y se lleva lo que puede a su casa, es una mafia que se está autodestruyendo”.
Huber Matos, todavía una figura muy activa del exilio cubano en Miami, cultiva una huerta en el fondo de su casa y pasa horas arreglando plantas en su jardín. Cuenta que esas actividades le dan tranquilidad, y que pensar y discutir el futuro de Cuba lo llena de energía.
“Vivo con la certeza de que voy a presenciar el cambio, eso me hace vivir”, dijo Matos.