Enganchados desde la línea fronteriza del Petén, Guatemala, los indocumentados que tienen como meta llegar a Estados Unidos son trasladados por contrabandistas de extranjeros a lo largo de las entidades de la ruta del golfo de México hasta la frontera norte.
Sometidos a vejaciones y en condiciones extremadamente riesgosas, los grupos de extranjeros que se internan ilegalmente en México son transportados en ferrocarril, camiones de carga, autobuses, camionetas y hasta en lanchas. Con la complacencia y connivencia de autoridades federales, estatales y municipales, el auge de la industria del tráfico de indocumentados implica situaciones de terror por ejecuciones, violaciones, extorsiones, trata de personas a que son sometidos los indocumentados que caen en manos de los traficantes de humanos, afirman organizaciones no gubernamentales defensoras de inmigrantes.
Fray Blas Alvarado Jiménez, director de la Casa del Migrante de Tenosique, y Efraín Rodríguez León, director jurídico de la asociación civil Comité de Derechos Humanos de Tabasco (Codehutab), sostienen que el Gobierno federal ha incumplido con su tarea de desmantelar y arrestar a los grupos delictivos que han tomado como su modus vivendi el secuestro de indocumentados.
La ruta del golfo de México del tráfico de indocumentados se inicia desde El Naranjo, Petén, Guatemala, cruza hacia los municipios fronterizos de Balancán y Tenosique, Tabasco, y Candelaria, Campeche. Desde estos lugares se distribuye a lo largo de carreteras, caminos de extravío, la ruta del ferrocarril y en tramos de vía marítima.
A lo largo de los años, grupos de ‘polleros’ independientes o ligados a alguna red de tráfico internacional realizaron sus tareas en forma menos riesgosa para sus clientes. Al inicio de esta década, el crimen organizado, principalmente Los Zetas, asumió el control total de esta actividad y, con ello, también creció el peligro para los indocumentados por esta ruta. La delincuencia organizada aprovecha además para reclutar inmigrantes como integrantes del grupo delictivo.
Los defensores de los derechos humanos de los inmigrantes, por separado, coinciden en calificar de “terroríficas” las experiencias de los indocumentados que caen en manos de estos grupos.
También catalogan los cientos de kilómetros de la ruta del ferrocarril, como “tierra sin ley”, pues allí solo manda la delincuencia organizada. A lo largo de las vías férreas, que atraviesan potreros y montañas, los inmigrantes sufren todo tipo de atrocidades, sin que las autoridades intervengan para poner un alto.
En Honduras, la desesperación y la angustia atrapaba a los familiares de los al menos 15 hondureños asesinados en la masacre de emigrantes ocurrida en Tamaulipas, dado que se atrasaba la entrega de los cadáveres. Miguel Cárcamo, padre de uno de los fallecidos, Milton Mateo, manifestó que “toda la familia está viviendo una situación de desesperación y angustia” esperando la entrega del cuerpo.
Miembros de todas las familias de las víctimas están llegando desesperados a la Cancillería, incluso preguntando por otras personas que tienen parientes de emigrantes con los cuales han perdido comunicación. El Gobierno hondureño, que envió al vicecanciller Alden Rivera para coordinar la identificación y repatriación de los cuerpos, reconoció que era difícil seguir con las identificaciones por la descomposición de los cadáveres.
Los migrantes viajaban el 22 de agosto en un camión hacia la frontera con EE.UU. cuando fueron interceptados por miembros de Los Zetas, quienes los llevaron a un rancho donde los vendaron y los fusilaron, según relató el único sobreviviente, que es ecuatoriano.
Más violencia en Tamaulipas
Con la explosión de una bomba frente a una oficina policial de Tampico, confirmada por esa dependencia ayer, aumentaron a cinco los ataques con explosivos de las últimas horas en el estado mexicano de Tamaulipas, donde el martes pasado fueron hallados muertos 72 emigrantes.
“Fue una explosión muy fuerte, destruyó la caseta de entrada de la Policía Metropolitana, donde salió herido uno de nuestros policías que estaba de guardia”, comentó una fuente policial local, que pidió el anonimato. El otro herido es un civil que se encontraba cerca del lugar, añadió.
El artefacto fue lanzado desde una camioneta por desconocidos, que fueron perseguidos por los uniformados a lo largo de varias calles pero lograron fugarse, dijo la fuente.
El incidente en Tampico, ubicado en el sur del estado, se registró a pocas horas de la detonación de otros dos explosivos en calles céntricas de Reynosa, norte de Tamaulipas, en donde al menos 15 personas resultaron heridas, de acuerdo con los últimos reportes.
Desde el hallazgo de los indocumentados masacrados, en total se han registrado cinco explosiones en Tamaulipas, contando los dos coches bomba que estallaron el viernes en la capital Ciudad Victoria, uno de ellos en las instalaciones de la estación Televisa, y el otro en las oficinas encargadas del tránsito automovilístico local. AFP