Un tribunal alemán condenó este 18 de noviembre de 2022 por espionaje a un exteniente coronel de la reserva de las fuerzas armadas alemanas (Bundeswehr) que entregó a los servicios secretos rusos documentos del ámbito militar y económico.
La Audiencia Regional de Düsseldorf (oeste) condenó al exreservista, que fue detenido en 2020, a un año y nueve meses de prisión con suspensión de condena.
El hombre, de 66 años e identificado como Ralph G., aunaba su posición como oficial con actividades civiles en varias comisiones del ámbito económico y como gerente de ventas en Erkrath (oeste de Alemania). Esto, en una empresa estadounidense con negocios en Rusia.
Según el tribunal, proporcionó a sus contactos de los servicios de inteligencia rusos informaciones sobre la reserva de la Bundeswehr. Además, documentos sobre el impacto de las sanciones contra Rusia para la economía alemana, entre otros.
La mayor parte de estas informaciones procedía de fuentes públicas de libre acceso, aunque también suministró extractos de un borrador sobre la estrategia de seguridad de Alemania que estaban destinados a uso interno, así como datos de contacto privados de altos mandos militares.
Los contactos con el servicio de espionaje militar ruso GRU se produjeron principalmente por teléfono y por correo electrónico y el condenado no actuó movido por intereses económicos sino debido a sus simpatías por Rusia.
Posibles recompensas
El condenado sentía el impulso de “resultar interesante para los altos cargos militares rusos y de reforzar su reputación como experto en temas de seguridad“, halló el tribunal.
Como compensación de sus servicios, el exoficial fue convidado a participar en eventos en la embajada rusa en Berlín así como a viajes a Moscú. Estas invitaciones que fueron lo que llamó la atención de los servicios de seguridad alemanes.
Entre los factores atenuantes para la condena fue tenido en cuenta que ya al inicio del proceso el exreservista admitió todos los hechos. Además, que prácticamente todas las informaciones transmitidas eran de dominio público.
Además, según el tribunal, actuó con dolo eventual -es decir, era consciente de que sus acciones podrían perjudicar los intereses de Alemania pero no actuó movido por dicho objetivo-.
Por el contrario, fue considerado agravante el hecho de que sus actividades de espionaje se extendieron a través de un periodo de tiempo largo, de más de cuatro años.
La sentencia todavía no es firme y tanto el acusado como la fiscalía pueden apelar la condena.
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