Francia está cerca de prohibir el burka islámico (velo) en público y el Gobierno revisará un proyecto de ley en mayo, en medio de un acalorado debate sobre los derechos de las mujeres y la libertad religiosa. El presidente Nicolás Sarkozy habló ayer a favor de una prohibición completa y este proyecto de ley se presentará ante el gabinete en mayo, informó el portavoz del Gobierno Luc Chatel. Sarkozy piensa que este tipo de velo completo “hiere la dignidad de las mujeres y no es aceptable en la sociedad francesa”. Chatel citó a Sarkozy diciendo que debería hacerse todo lo posible para que “nadie se sienta estigmatizado por su fe y prácticas religiosas”. La propuesta generó críticas feroces y alabanzas en el país con la mayor comunidad musulmana de los 27 miembros de la Unión Europea. Casi el 10% de los 62 millones de habitantes de Francia es musulmán. Muchos franceses respaldan la prohibición, según muestran las encuestas, pero expertos advierten de que podría violar la Constitución. El máximo tribunal de Francia, que asesora al Gobierno en la preparación de nuevas leyes, dijo en marzo que la prohibición podría ser ilegal. La idea de la prohibición surgió por primera vez el año pasado de los alcaldes que se dieron cuenta de que cada vez más las mujeres en sus barrios se cubrían enteras con velos. Se estableció una comisión parlamentaria para examinar la propuesta durante seis meses de audiencias. Desde entonces, las feministas de los suburbios multiétnicos y pobres franceses han hablado en apoyo de la prohibición, diciendo que podría ayudar a las jóvenes que no quieren llevar el velo pero que se ven obligadas a hacerlo por sus parejas o familias. Otros, sin embargo, ven la prohibición como parte de una hostilidad creciente contra el Islam y sus símbolos, desde los velos a los minaretes (mezquita), y argumentan que muchas musulmanas en la actualidad quieren cubrirse.