La Basílica de Santa María la Mayor, situada en el centro de Roma, es uno de los templos más antiguos dedicados a la Virgen María.
Fue construida en el año 432 por voluntad del Papa Sixto III, su origen está vinculado directamente al Concilio de Éfeso, que proclamó a María como Madre de Dios.
La basílica es conocida por su nave central decorada con mosaicos paleocristianos del siglo V, que narran escenas del Antiguo Testamento y anticipan la venida de Cristo. Estos mosaicos son los más antiguos de Roma dedicados a la Virgen.
Obras maestras del arte sacro
Uno de los mayores tesoros de la basílica es el mosaico del ábside, encargado por el Papa Nicolás IV y realizado por Jacopo Torriti en 1295.
En esta obra, Cristo corona a la Virgen María en una escena cargada de simbolismo: María representa a la Iglesia, desposada con Cristo.
A los pies de esta escena, se encuentran inscripciones del Cantar de los Cantares, resaltando la relación de amor entre Dios y su pueblo.
En la Capilla Paulina, otra joya artística destaca: la Inmaculada Concepción pintada en 1611 por Ludovico Cigoli.
En esta pintura, la Virgen se alza sobre una Luna que muestra cráteres, una innovación inspirada en las observaciones astronómicas de Galileo Galilei.
Este detalle simboliza la apertura de la Iglesia al conocimiento científico y al diálogo entre fe y razón, en plena época barroca.
Papas enterrados en Santa María la Mayor
La basílica es también un lugar de descanso eterno para ocho papas:
- San Sixto III (432–440): Impulsó la construcción de la basílica.
- Honorio III (1216–1227): Aprobó las reglas de las órdenes dominica y franciscana .
- Nicolás IV (1288–1292): Primer papa franciscano; encargó los mosaicos del ábside a Jacopo Torriti.
- Pío V (1566–1572): Reformador tras el Concilio de Trento.
- Sixto V (1585–1590): Conocido por sus reformas administrativas y urbanísticas en Roma.
- Clemente VIII (1592–1605): Finalizó la conversión del rey Enrique IV de Francia al catolicismo.
- Pablo V (1605–1621): Supervisó la finalización de la nueva Basílica de San Pedro.
- Francisco (2013–2025): Primer pontífice latinoamericano.
La influencia de Caravaggio y la misericordia artística en la basílica
El vínculo entre Santa María la Mayor y Caravaggio es indirecto pero profundo. El Papa Francisco, admirador del artista, meditó ante su obra “La vocación de San Mateo” sobre la misericordia divina.
Papas como Pablo V, sepultado en esta basílica, apoyaron al pintor, incluso durante sus años difíciles, permitiéndole ingresar a la Orden de Malta pese a su pasado conflictivo.
La tumba del embajador del Congo: símbolo de unidad cristiana
Dentro de la basílica también reposa Antonio Emanuele Ne Vunda, embajador del reino del Congo que llegó a Roma en 1608.
Su tumba, realizada en mármol negro para representar su tez, es un testimonio de la universalidad de la Iglesia y del respeto que Roma mostró hacia los primeros cristianos africanos.
La Salus Populi Romani
La Salus Populi Romani es el ícono mariano más venerado por el Papa Francisco. Este retrato de la Virgen con el Niño ha acompañado al Pontífice en momentos clave de su ministerio.
De estilo bizantino, aunque datado en la Edad Media, es considerado símbolo de ternura y salvación. En 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, el pueblo romano hizo un voto a esta imagen, pidiendo protección para la ciudad.