La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sostiene el trofeo de la Copa del Mundo, junto al presidente de la FIFA, Joseph Blatter (d), y exjugador brasileño Cafú (i), el 2 de junio de 2014. Foto: EFE
No sería difícil pensar en una oncena auriverde de políticos con el mismo peso internacional que tiene su Selección de fútbol. Eterna favorita para ganar la Copa FIFA, políticamente ya no se puede pensar en el orden internacional sin este país que conforma el selecto grupo de países emergentes BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Tampoco es imaginable, en estos tiempos, en una política regional sin el aval de Brasil. Ecuador lo conoce bien en su política territorial, con la firma del Protocolo de Río de Janeiro, en 1942, hasta el Tratado de Paz de Itamaraty, en 1998, con Fernando Henrique Cardoso, como presidente.
Brasil no solo debió intervenir en los varios conflictos armados con el Perú. En 1998, ya con Luiz Inácio Lula da Silva, fue un gran factor para apaciguar las diferencias entre el país con Colombia, luego de que las fuerzas armadas de este bombardeara un supuesto campamento de las FARC en Angostura, en la Amazonía ecuatoriana.
El papel de Lula fue preponderante. Primero, criticó a todos los mandatarios que propusieron que la cumbre de la Unasur de Bariloche fuera abierta para los canales de televisión. “Estamos hablando para congraciarnos con nuestros pueblos pero no ayudará a resolver el problema”, dijo, en palabras más o menos textuales.
Aunque para la prensa internacional que cubrió la cumbre, las tensiones eran más entre los mandatarios de Colombia, Álvaro Uribe, quien había permitido la instalación de siete bases militares de EE.UU., y de Venezuela, Hugo Chávez.
En el plano de la política económica, Guido Mantegna se vuelve un nombre imprescindible. Como ministro de Hacienda desde los tiempos de Lula hasta ahora con Dilma Rousseff, fue uno de los hombres clave para la creación del Banco del Sur, en 2009.
Si bien fue una iniciativa de Argentina, tuvo que recibir el respaldo de Brasil. Y por ello, de Mantegna, quien había hecho sus reparos.
Él fue uno de los que cuestionó que los votos de países como Brasil, que aportaría al banco USD 2 000 millones, tuvieran el mismo valor de otras naciones con menor cantidad de dinero, como Bolivia o Paraguay, con USD 100 millones o Ecuador, con
USD 400 millones. Hasta el momento, el Banco del Sur y la moneda regional que planteaban aún es un sueño que debe cumplirse.
Pero no solo de poderes está dada la hegemonía brasileña. Al gigante sudamericano le hace falta imponer su liderazgo cultural. Por eso, una de las propuestas de Lula fue la creación de un canal brasileño en lengua española, otra iniciativa que quedó trunca.
Acorde al peso económico de Brasil, Roberto Azevedo es el director general de la Organización Mundial de Comercio, quien ganó apoyado por aquellos países considerados en vías de desarrollo.
Hoy, en medio de las turbulencias en vísperas del Mundial, Dilma se presenta como favorita para pasar a una segunda vuelta junto a Aécio Neves, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña en los comicios presidenciales del 5 de octubre. Pero ninguno de los dos debe descuidarse de los exfuncionarios de Lula, que conformaron otro binomio opositor: Eduardo Campos y Marina Silva.
Los titulares del ‘scratch’ político
Henrique Cardoso
Presidente de Brasil entre 1995-2002. Fue el iniciador del crecimiento brasileño.
Aécio Neves
Candidato de la Social Democracia, tratará de frenar a Dilma Rousseff en octubre.
Geraldo Alckmin
Gobernador del Estado de Sao Paolo, fue el eterno rival de Lula en las elecciones.
Eduardo Campos
Candidato presidencial por el Partido Socialista, en alianza con el Partido Verde.
Guido Mantegna
Ministro de Hacienda de Lula y Dilma. Apoyó la creación del Banco del Sur.
Roberto Azevedo
Es el Director General de la OMC con el voto de los países en vías de desarrollo.
Marina Silva
Figura del Partido Verde, se alejó del Gobierno y se alió con Eduardo Campos.
Dilma Rousseff
Presidenta desde el 1 de enero del 2011, busca seguir otro período en el cargo.
José Sarney
Luego de su mandato, (1985-1990) fue senador y ahora es presidente del Senado.
Lula
Colocó a Brasil como uno de los países con mayores niveles de crecimiento en el mundo.
Romario
Usó la camiseta número 11 como jugador. Ahora es un prestigioso diputado.