El más renombrado de los cultivadores cubanos de tabaco, Alejandro Robaina, fue enterrado ayer en la provincia de Pinar del Río. Falleció el sábado a los 91 años.
El funeral se realizó ayer a las 16:30 locales (20:30 GMT) en el municipio de San Luis, donde vivió la mayor parte de su vida y tenía su finca, informó la televisión cubana.
Robaina era el patriarca de una familia de vegueros afincada desde 1895 en la zona de Vuelta Abajo, reconocida como la tierra del mejor tabaco del mundo, y el único cubano que en vida daba nombre a una marca de puros.
El hombre de cabello cano y sombrero de yarey (elaborado con hojas de palma) era considerado una enciclopedia viviente sobre el cultivo de la planta del tabaco, que comenzó a cosechar a los 12 años.
A su experiencia como agricultor hay que agregar su carisma, que lo hicieron mundialmente conocido y merecedor de la condición Hombre Habano del Año 2001.
Creada en 1997, Vegas Robaina es una de las marcas más jóvenes de habanos e incluye cinco vitolas elaboradas artesanalmente y de alta calidad.