Los pasajeros de Londres llegan a la terminal Eurostar en la estación de tren Gare du Nord en París, Francia, el 23 de diciembre de 2020. Foto: Reuters
Al Gobierno británico se le acumulan los frentes abiertos en el último tramo del año, con miles de transportistas bloqueados en el puerto de Dover, dos nuevas variantes del coronavirus aparentemente más contagiosas en Inglaterra y a apenas ocho días de que se materialice el Brexit.
El ministro de Sanidad, Matt Hancock, informó en una rueda de prensa de que se ha detectado una nueva cepa “muy preocupante” del SARS-CoV-2 ligada a personas llegadas desde Sudáfrica, que se suma a la versión de la que se informó la semana pasada, ampliamente extendida ya en Londres y otras zonas del sur del país.
El Gobierno comunicó hoy 744 nuevas muertes por covid, el máximo diario desde el pasado 29 de abril, y 39 237 contagios, un récord desde que comenzó la pandemia por segunda jornada consecutiva.
Ante ese escenario, se han ampliado las zonas de Inglaterra que estarán bajo el nivel máximo de restricciones para tratar de frenar las infecciones, y se someterá a cuarentenas estrictas a todos aquellos llegados de Sudáfrica y a sus contactos.
Optimismo sobre la negociación del Brexit
En paralelo a la gestión de la pandemia, el Ejecutivo del primer ministro británico, Boris Johnson, trata de cerrar un acuerdo con la Unión Europea (UE) para evitar un Brexit duro a partir de la medianoche del 31 de diciembre.
Tanto Londres como Bruselas han incrementado su optimismo en las últimas horas sobre la posibilidad de cerrar finalmente un pacto, mientras que Irlanda ha detallado que los líderes comunitarios están a la espera de avances “entre hoy y mañana”.
Un portavoz de Downing Street, despacho oficial de Johnson, indicó a los medios que es “posible”, aunque está “ciertamente lejos de ser seguro”, que hoy mismo haya fumata blanca sobre el esperado pacto.
El ministro de Comunidades, Robert Jenrick, admitió por su parte en una entrevista que se siente “razonablemente optimista” sobre las perspectivas de que se cierre un acuerdo, lo que supone un cambio del tono por parte de los miembros del Gobierno, que en las últimas semanas han insistido en que lo más probable era que no se llegara a firmar tratado alguno antes de la ruptura.
Continúa el bloqueo en Dover
La perspectiva de un Brexit negociado aliviaría en parte el temor a que se agrave aún más el caos que se vive en el puerto de Dover (sureste de Inglaterra) desde el pasado domingo, cuando Francia bloqueó los pasos del canal de la Mancha para evitar contagios de la nueva cepa detectada en suelo británico.
París ha aceptado esta medianoche reabrir el tráfico de vehículos pesados procedentes del Reino Unido, pero solo si los conductores han dado negativo en un test de coronavirus, lo que está ralentizando la operación para despejar las colas kilométricas de camiones en dirección al puerto y la entrada del eurotúnel.
Cerca de 4 000 transportistas llevan ya tres días esperando en cunetas y autopistas del condado inglés de Kent para cruzar a Francia, y el ejército británico colabora con los equipos sanitarios para realizarles test rápidos de covid que les permitan reanudar su marcha.
La espera ha producido escenas de tensión esta mañana, cuando algunos conductores, que ya asumen que no estarán de vuelta en sus países antes de Navidad, protagonizaron enfrentamientos con la policía.
Riesgo de desabastecimiento
Ante el colapso portuario, el Consorcio de Comercio Minoristas británico (BRC, en inglés) advirtió hoy de que puede producirse desabastecimientos de ciertos alimentos frescos hasta que se disuelva el bloqueo en el canal de la Mancha.
Pese a todo, el Gobierno ha recomendado a los ciudadanos que compren con normalidad, sin acaparar existencias, para evitar someter a mayor estrés las cadenas de abastecimiento.
“Hay género suficiente en este momento, habrá suficiente papel de váter, pasta y harina, siempre y cuando la gente no se deje dominar por el pánico”, aseguró un portavoz de la Asociación de Transporte por Carretera británica (RHA, en inglés), que matizó sin embargo que “si esto dura más allá de 48 horas será un problema mayor”.
La cadena de supermercados Tesco, una de las mayores del país, ha establecido límites en la compra de productos como arroz, huevos y jabón, como ya hizo durante la primera ola de la pandemia, para evitar desabastecimientos.
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