La región de Potosí, en el sur de Bolivia, mantiene una prolongada huelga que incluye cortes de ruta mientras en el Gobierno crecen los temores a enfrentamientos y tomas de cuarteles militares y policiales.El conflicto, que ya lleva dos semanas, ha dejado a Potosí, capital de la región homónima, de unos 160 000 habitantes, al borde del colapso por falta de alimentos a causa del bloqueo caminero. Así como la ausencia de la distribución de gas licuado de petróleo (GLP) en bombonas.
Pese a que el Gobierno ha descartado el uso de la fuerza militar y policial para desbaratar los cortes de rutas, manifestó su temor de que grupos civiles radicalizados tomen por la fuerza cuarteles de la Policía y el Ejército, donde hay armamento.
“Hemos recibido información desde la ciudad de Potosí que algunos sectores radicalizados estarían planificando la toma tanto de instalaciones de Tránsito de la Policía, como del cuartel (militar) Regimiento Pérez”, dijo el ministro del Interior, Sacha Llorenti.
El corte de rutas está acompañado por una huelga de hambre que realizan más de un millar de civiles en diferentes puntos de la ciudad, algunos de ellos en carpas instaladas en la Plaza de Armas.
Potosí demanda que el Gobierno ponga fin a un diferendo limítrofe con el vecino departamento de Oruro, donde hay un rico yacimiento de piedra caliza, además de reclamar la construcción de un nuevo aeropuerto y una fábrica de cemento, entre otros.
Tanto los líderes civiles de Potosí, promotores de las protestas hasta ahora pacíficas, como la administración del presidente Evo Morales, han llamado al diálogo, pero discrepan sobre el lugar y las condiciones para abrir una mesa de negociaciones.
Mientras la región en huelga demanda la presencia de ministros en su patio, el Poder Ejecutivo exige que primero se suspendan todas las protestas.
En medio del conflicto, de momento sin solución aparente, la empresa minera San Cristóbal, una subsidiaria de la japonesa Sumitomo y la más importante de Potosí, paralizó de manera preventiva sus operaciones, ante el riesgo de que manifestantes cumplan su amenaza de cortar el fluido eléctrico.
Las preocupaciones por el conflicto llegaron a la oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas que en un comunicado indicó que “el bloqueo y las otras medidas de protesta (durante dos semanas) están causando graves y masivas violaciones de los derechos humanos”.
También censuró que en la actual protesta de los habitantes de Potosí se utilice a niños y niñas.