En la región de O’Higgins hubo pánico por las tres réplicas

El pánico colectivo se apoderó ayer de Rancagua y de toda la región Bernardo O’Higgins, a 90 kilómetros al sur de Santiago. Esto, luego de que tres temblores consecutivos cerca del mediodía terminaran por derrumbar viviendas y acrecentaran la preocupación con que vive la población desde el terremoto del 27 de febrero.

Tras el impacto de los sismos que no causaron víctimas pero que fueron sentidos desde Valparaíso hasta Temuco, el recién asumido presidente, Sebastián Piñera, se trasladó de inmediato a la zona donde recibió un informe de las autoridades regionales.

El Mandatario decretó zona en estado de catástrofe a O’Higgins.

El senador socialista Juan Pablo Letelier confirmó que los municipios de Pichedegua, Rengo y Peralillo pasaron de tener problemas estructurales a “inhabitables”. Respecto de la zona costera de Pichelemu y Bucalemu, informó que la población fue evacuada ordenadamente ante la alerta de tsunami -que después de cuatro horas se levantó-. “La gente salió del plano y subió a los cerros”.

A las 14:39 (GMT), los rancaguinos -que realizaban trámites bancarios, compraban en tiendas- corrieron a la plaza “en medio de una gran histeria”, relató Sergio Aravena.

Loreto Ahumada declaró que estaba sola en la casa de su abuela cuando sintió el primer movimiento. “Empezó puro ruido primero y cuando empezaron los movimientos más bruscos, me tuve que apoyar en la protección de las ventanas porque igual bailaba la casa y a mi vecina, que sufrió ataque de pánico, tuve que calmarla”, describió.

El segundo movimiento, 16 minutos después, la encontró nuevamente en la casa bañándose y no salió por temor a caerse, “ya que me resbalaba”. “El segundo fue mucho más fuerte y tuve más miedo”, comentó.

Loreto Ahumda está en la casa de su abuela porque perdió la casa que arrendaba en el terremoto del 27 de febrero. Relató que los arriendos se elevaron de USD 300 a USD 600.

Después de visitar la región de O’Higgins, el Presidente, junto con varios de sus ministros, se trasladó a Constitución, ciudad del sur afectada por el terremoto y el tsunami. Colocó una ofrenda con 87 flores que lanzó al río, por donde el mar entró con fuerza el 27 de febrero causando destrozos, y que representa a igual número de muertos registrados en la ciudad.

También fue a la iglesia principal, destruida por el terremoto, y frente a la cual se persignó. Piñera pidió que, “a pesar del sufrimiento y la adversidad, deben tener el coraje y voluntad para secar las lágrimas y ponerse a la obra para enfrentar la emergencia e iniciar la reconstrucción”. Ansa, AFP