El presidente Recep Tayyip Erdogan dijo que los golpista pagarán un alto precio. Foto: EFE
Decenas de periodistas sufren las purgas desencadenadas en Turquía pese al papel clave de los medios de comunicación para que fracasara el golpe de Estado contra el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
La prensa ayudó a Erdogan a frustrar la intentona golpista en la noche del 15 de julio. Erdogan hizo un llamamiento a través del teléfono móvil de una periodista de CNN-Turk que llevó a miles de turcos a echarse a la calle.
Al gobierno islamista conservador ya se le acusaba de ejercer presiones sobre la prensa, pero desde ese día la tensión ha ido en aumento.
Las autoridades han llevado a cabo redadas contra los medios acusados de ser partidarios del predicador Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos y al que Ankara designa como el instigador del golpe pese a sus desmentidos.
El 19 de julio, el gobierno retiró la licencia a numerosas cadenas de radio y televisión.
El lunes, los fiscales antiterroristas emitieron órdenes de detención contra 42 periodistas, algunos de ellos muy conocidos. Dieciséis están detenidos, informó el miércoles la agencia progubernamental Anadolu. Once han huido del país, según la agencia de prensa privada Dogan.
El miércoles 27 de julio del 2016 se dictaron órdenes de arresto contra 47 exempleados del periódico Zaman, partidario de Gülen hasta que fue intervenido en marzo pasado.
“Es triste e inaceptable”, declaró a la AFP Turgay Olcayto, presidente de la asociación de periodistas de Turquía.
“Estas detenciones nos molestan” , agregó, refiriéndose al arresto de los reporteros, que puede prolongarse hasta 30 días en virtud del estado de emergencia.
“A los que hacen realmente periodismo, los que son sólo periodistas, esperamos que no les ocurra nada. Es todo lo que le pedimos al gobierno”, añadió Olcayto.
La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional denunció una “restricción draconiana a la libertad de expresión”.
Estas órdenes de detención “tienen como objetivo, una vez más, apuntar a los periodistas que hacen simplemente su trabajo”, lamentó el presidente de la Federación Internacional de los periodistas, Philippe Leruth.
Las autoridades afirman que los periodistas afectados tendrán juicios imparciales.
‘Caza de brujas’
Entre los reporteros sobre los que pesan órdenes de detención figuran el redactor jefe de Fox TV en Turquía, Ercan Gun y Nazli Ilicak. Esta exdiputada fue despedida en 2013 del diario progubernamental Sabah por haber criticado a los ministros involucrados en un escándalo de corrupción.
Hace tres años Erdogan ya había acusado a Gülen de haber originado el escándalo.
“Es una periodista con experiencia, no creo que esté relacionada” con el golpe, afirmó Olcayto.
La exredactora de Zaman Hanim Busra Erdal y el comentarista Bulent Mumay también están detenidos.
El gobierno turco afirma perseguir a “los traidores” y a “los terroristas” que amenazan al Estado. Los países europeos califican estas medidas de “inaceptables”.
“Un país que encarcela a sus propios profesores y a sus propios periodistas mete el futuro en la cárcel”, dijo el sábado el jefe del gobierno italiano, Matteo Renzi.
La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) que sitúa al país en el puesto 151 sobre un total de 180 en su clasificación anual sobre la libertad de la prensa, denunció una “ caza de brujas ” .
Las presiones ejercidas sobre la prensa turca vienen de lejos.
El representante de RSF en Turquía Erol Önderoglu, en libertad condicional en espera de un juicio, se expone a 14 años y medio de cárcel por “ propaganda terrorista ” después de haber apoyado un diario prokurdo.
En uno de los casos más emblemáticos, el redactor jefe del periódico opositor Cumhuriyet, Can Dundar, fue condenado a cinco años y diez meses de cárcel en mayo por “divulgación de secretos de Estado” después de haber afirmado en un reportaje que Turquía suministraba armas a los yihadistas en Siria. Se encuentra en libertad a la espera de que el tribunal de apelaciones dictamine sobre el caso.