Para que su gesto patriótico sea un ejemplo histórico de renunciamiento a los principios marxistas leninistas, Raúl se volvió el primer emprendedor de la isla.
Así que se le prendió la imaginación, viajó clandestinamente a los Miamis y se trajo a las Habanas la primera franquicia postrevolucionaria.
Y como el mismo Raúl botó a medio millón de trabajadores y ninguno de estos flamantes desempleados ha probado hamburguesa y cocacola hace 50 años, entregó un bono de un dólar mensual a cada desempleado e instaló en la Plaza de la Revolución el primer restaurante consumista de la historia cubana: el mac castro.
Por inauguración, mac castro ofrece el espectacular combo de una hamburguesa y una coca por tan solo un dólar. ¡Genial!
Ilustración: Ponto