Nelson Mandela fue el primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999) y murió el 5 de diciembre de 2013, a los 95 años, después de una larga convalecencia por problemas respiratorios.
Pasó 27 años encerrado en las cárceles del régimen segregacionista del ‘apartheid’ y se convirtió para el mundo en el gran ícono de la lucha contra el régimen segregacionista.
Tras su liberación en 1990, Mandela lideró junto al último presidente afrikáner, Frederik De Klerk, una compleja transición hacia la democracia, en la que defendió que la reconciliación y la paz debían marcar la nueva era pese a los más de tres siglos de dominación racista blanca.
Mandela cumplía este 18 de julio 104 años, con un legado que, a pesar de su deceso, sigue en pie como la mayor lucha revolucionaria contra el racismo en el mundo.
Celebración
Sudáfrica y el mundo celebraron esa fecha como el Día Internacional Nelson Mandela, establecido por la Organización de Naciones Unidas (ONU), con actos de solidaridad en homenaje al legado del Nobel de la Paz sudafricano.
Como cada año al llegar esta fecha, la ONU llama a dedicar a una buena causa unos 67 minutos, uno por cada uno de los años que ‘Madiba’ (como se conocía a Mandela en su país) había dedicado a la lucha por la justicia social cuando se instauró esta campaña (2009).
Bajo el lema “Haz lo que puedas, con lo que tengas, donde estés”, en el país natal del activista antiapartheid la fecha se conmemoró con donaciones de alimentos, ropa y mantas, carreras solidarias, conferencias e iniciativas contra el cambio climático, entre otras muchas propuestas.
Factor Humano
Si bien en su juventud no se le conoció una gran afición, y además, el rugby fue uno de los aspectos que más dividieron a la sociedad sudafricana, el libro ‘El Factor Humano’ de 2008, escrito por el corresponsal John Carlin, reflejó cómo Mandela unificó una sociedad a través del deporte.
Carlin, que cubrió los conflictos sudafricanos desde 1989 hasta 1995, reflejó en sus letras la forma en que Mandela usó el mundial de Rugby del 95 para unificar a la sociedad de su país.
Además, valió para demostrar la parte más sencilla de Mandela, quien con simples tratos logró superar las diferencias para que todo un país se congregara y superara diferencias históricas.