La protesta contra racismo policial es un llamado de atención a Obama

Los manifestantes salieron a las calles en Washington con el grito “Justicia para todos”. Foto: AFP

Las manifestaciones celebradas el sábado en EE.UU. contra la violencia racial de la Policía representan un toque de atención al presidente del país, Barack Obama, y al Congreso para que promulguen leyes que solucionen el problema.
Más de 25 000 personas marcharon en Nueva York para expresar su repulsa por la muerte de ciudadanos negros a manos de agentes blancos, secundando un llamamiento nacional de la organización “Resistencia Popular” para escenificar una “ola de indignación”.
Las protestas, en general pacíficas, también se repitieron en otras ciudades del país, como Boston, Los Ángeles, San Francisco y Washington, donde sobrevoló el recuerdo, entre otros, de los casos de Eric Garner y Michael Brown, que han suscitado gran polémica.
Eric Garner falleció el pasado julio en Nueva York a manos del policía Daniel Pantaleo, contra el que un gran jurado decidió no presentar cargos.
Garner, de 43 años, era asmático y murió por asfixia, según determinó la autopsia, luego de que Pantaleo le colocara el brazo alrededor del cuello y ejecutara una llave de estrangulamiento, acto que fue grabado por un transeúnte.
Otro gran jurado decidió el pasado mes no formular cargos contra el policía Darren Wilson por la muerte del joven Michael Brown.
Wilson, de 28 años, tiroteó a Brown, de 18 años, luego de que el joven robara una caja de cigarrillos en un supermercado de Ferguson, un suburbio de San Luis, en circunstancias no aclaradas públicamente.
Especial simbolismo político tuvo la manifestación en la capital de Estados Unidos, donde miles de personas, al grito de “Justicia para todos”, se congregaron en la Plaza de la Libertad, cerca de la Casa Blanca, y marcharon hasta el Capitolio, sede del Congreso.
Al frente de la multitud se encontraba el reverendo Al Sharpton, uno de los grandes líderes de la comunidad negra de Estados Unidos y gran promotor de la manifestación en Washington, quien cree que Obama y el Congreso deben tomar cartas en el asunto.
“Necesitamos cambios en la legislación, no solo protestas, para que se haga algo”, afirmó el reverendo Sharpton. El reverendo sostiene que los poderes Legislativo y Ejecutivo deben aprobar leyes que obliguen a todos los policías a portar cámara adheridas al cuerpo para grabar su contacto con la ciudadanía; también se demanda la figura de un fiscal especial, encargado de investigar las negligencias policiales.
Sharpton también defiende una legislación para eliminar la evaluación por perfil racial en los cuerpos de seguridad.
La Liga Nacional Urbana, un grupo defensor de los derechos civiles, también pidió a las autoridades una reforma de la Policía y la designación de fiscales especiales para investigar los abusos de las fuerzas de seguridad. El presidente de la Liga, Marc H. Morial, considera que ha llegado el momento de un “cambio histórico”, impulsado por “millones de estadounidenses que ahora han tomado las calles y las redes sociales”.
Obama pedirá al Congreso invertir USD 263 millones durante un período de tres años en policías locales, incluidos 75 millones para que unos 50 000 agentes más lleven cámaras incorporadas a su uniforme o su cuerpo, con el fin de grabar su interacción con civiles.
CIFRA
263 millones se destinarán para equipar uniformes con cámaras.