Un juez federal dictó el 7 de septiembre del 2015 formal prisión a cuatro funcionarios penitenciarios por su probable responsabilidad en la fuga del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo‘ Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, de una prisión de alta seguridad el pasado 11 de julio.
El Juzgado Cuarto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de México dictó la orden contra los cuatro agentes del penal Altiplano, del que escapó “El Chapo” a través de un túnel de 1,5 kilómetros que iba desde la ducha de su celda hasta una vivienda en los alrededores de la prisión.
De acuerdo con el juzgado, material proporcionado por la fiscalía permitió probar que los funcionarios “no atendieron a los protocolos de seguridad ni a la normatividad a la que estaban obligados” cuando ocurrió la fuga. “No informaron oportunamente de la evasión y ante ese hecho, los que estaban obligados a hacerlo, no activaron ‘el código rojo’, a pesar de que contaban con los medios tecnológicos para ello”, señaló un comunicado del Consejo de la Judicatura Federal, que agrega que hasta el momento son siete los procesados por el caso.
Las fugas de “El Chapo” ya son legendarias en México. En 1993 fue capturado por primera vez en Guatemala. Estuvo preso ocho años hasta 2001, cuando escapó escondido en un carrito de lavandería de la cárcel de máxima seguridad de Puente Grande, en el estado occidental de Jalisco.
Fue recapturado en febrero de 2014 en un departamento en Mazatlán, en la costa del estado de Sinaloa (noroeste), y recluido en el penal del Altiplano, unos 90 kilómetros al oeste de la capital. El hecho fue considerado uno de los mayores logros de la administración de Enrique Peña Nieto.
En una entrevista difundida la mañana de hoy, el mandatario reconoció que la fuga de “El Chapo” evidenció las carencias del sistema penitencial mexicano y causó “enojo y frustación”. “(La captura de “El Chapo”) significa un reto para el gobierno y en el caso de su eventual captura, será la Procuraduría General de la República (Fiscalía) la que valore y siga los procedimientos (para su extradición)”, señaló.
La fuga de Guzmán significó un duro revés para Peña Nieto, lo que se vio reflejado en los sondeos de popularidad, que le dieron los índices más bajos desde que inició su gobierno en 2012.