El presidente de la República de Italia, Giorgio Napolitano, instó este martes al Parlamento a aprobar rápidamente una ley que conceda la ciudadanía a los hijos de los inmigrantes nacidos en territorio italiano y remediar lo que tachó de “absurdo”.
“Espero que el Parlamento aborde el tema de la ciudadanía a los niños nacidos en Italia de padres que son inmigrantes extranjeros. Negarla es una verdadera locura, una absurdidad”, declaró Napolitano durante un acto oficial.
“Son miles de centenares de niños que asisten a las escuelas y que nacieron en Italia”, precisó.
“La sociedad necesita energía nueva, sobre todo la nuestra, tan envejecida y esclerótica”, comentó.
El jefe de Estado italiano, 86 años, que en el último mes ha jugado un papel clave para la transición política a través de la salida del jefe de gobierno conservador Silvio Berlusconi y la llegada de un gobierno de tecnócratas apoyados por la mayoría de las fuerzas parlamentarias, instó al Congreso a abordar rápidamente el tema.
“Ahora las condiciones para el diálogo son mejores”, dijo.
La designación de Andrea Riccardi, fundador de la comunidad católica de San Egidio, como ministro para la Cooperación Internacional y la Integración en el gobierno liderado por el economista Mario Monti, debería facilitar el trámite de la ley.
Riccardi desde hace años ofrece asistencia a los inmigrantes legales e ilegales que llegan a Italia y es particularmente sensible a los temas relacionados con el Tercer Mundo.
La propuesta de Napolitano fue rechazada inmediatamente por el movimiento populista Liga Norte, pero fue apoyada por sectores de izquierda y moderados.
“El presidente Napolitano no debe imponernos leyes que van en contra de nuestra cultura milenaria, revolucionando nuestro derecho, en el que no existe el ‘ius soli’ (derecho por el suelo) y sí el ‘ius sanguinis’ (derecho de la sangre)”, declaró Mario Borghezio, eurodiputado de la Liga Norte.
El tema había sido abordado ya por Napolitano el pasado 15 de noviembre cuando recibió en la sede de la presidencia a una delegación de los llamados “nuevos italianos”, inmigrantes que han decidido optar por la ciudadanía italiana.
“Italia debe reformar las condiciones y los plazos para otorgar la ciudadanía”, aseguró Napolitano en esa ocasión, al recordar que los inmigrantes legales, cerca de cinco millones, contribuyen a reducir la enorme deuda pública, uno de los grandes males de la península y la razón principal del grave acoso de los mercados y la especulación financiera.
La propuesta de reforma de la ley fue abordada el viernes pasado por Pier Luigi Bersani, líder de la mayor formación de izquierda, el Partido Democrático, durante el debate en el Parlamento para el voto de confianza a Monti.
“Hay centenares de hijos de inmigrantes que pagan los impuestos, van al colegio y hablan italiano”, pero que “no son ni italianos ni inmigrantes, eso es una vergüenza”, denunció.
La propuesta de una nueva ley es apoyada por el movimiento Save the Children, que reclama a Italia una política menos “discriminante” y el respeto de la Convención Internacional sobre la Infancia y la Adolescencia.
Según cálculos de la prensa, los hijos de inmigrantes que estudian en las escuelas son 700 000, de los cuales más de medio millón nacieron en Italia. Pocos de ellos han logrado obtener la ciudadanía.
Entre las mayores comunidades de inmigrantes latinoamericanos en Italia figuran la peruana y la ecuatoriana.