El jefe del gobierno regional de Cataluña, Artur Mas, aseguró hoy (21 de septiembre del 2014) que convocará el referéndum sobre la independencia de la región de España “la próxima semana”, aunque no especificó exactamente cuándo.
“En los próximos días”, añadió Mas al ser interrogado sobre cuándo lanzará la convocatoria para la consulta, fijada para el 9 de noviembre. “Que no usen la Constitución para silenciar al pueblo de Cataluña”, defendió en un acto en memoria del final de la Guerra de Sucesión de 1714 en el castillo de Cardona (Barcelona).
En respuesta al gobierno español, que califica la consulta de ilegal y que el sábado recordó a Mas que como presidente de la Generalitat de Cataluña le debe su cargo a la Constitución, el dirigente alegó que en su día los nacionalistas catalanes apoyaron la Carta Magna porque era una forma de “avanzar en los anhelos de las naciones” que forman España.
Si ese texto se usa ahora “para que un pueblo que quiere hablar no pueda hablar”, hay que plantearse su utilidad. “No se trata de saltarse los marcos legales, de lo que se trata es usar los marcos legales, que existen, para que se exprese la voz de un pueblo que quiere votar”, dijo, y subrayó que Madrid tendrá que “acabar entendiéndolo”.
“La razón democrática está de nuestra parte”, defendió Mas, que fue ovacionado por los presentes al grito de “president, president” e “independencia”. Mas podrá convocar el referéndum cuando la ley de consultas -aprobada este viernes- entre en vigor, que será cuando se publique.
Pero hasta ahora el jefe de gobierno no reveló cuándo ocurrirá, jugando con los tiempos ante la intención del Ejecutivo nacional de Mariano Rajoy de frenar la votación.
El gobierno de Rajoy está preparado para reunirse en un consejo de ministros extraordinario una vez entre en vigor la ley, para aprobar en él un recurso ante el Tribunal Constitucional que frenará automáticamente la cita catalana con las urnas. La gran incógnita de todo este proceso irá aclarándose a partir de entonces, cuando Mas tenga que decidir si sigue adelante y saca las urnas pese al veto del Estado español o si frena ahí su desafío.
Continuar podría suponer que el gobierno de Rajoy suspendiera el autogobierno del que goza Cataluña y a él, personalmente, le podría valer un proceso penal por desobediencia.