Los líderes de América Latina enviarán una fuerte señal de apoyo a Cuba acudiendo a la cumbre de la Celac en La Habana la próxima semana, pero solo tendrá un efecto simbólico porque no modificará la política de Estados Unidos hacia la isla, dijeron analistas a la AFP .
“La postura de Estados Unidos no va a cambiar solo porque lleguen muchos líderes de América Latina a Cuba (…) Cuba debe dar primero señales de que está dispuesta a avanzar hacia más libertad política y económica antes de que Estados Unidos haga gestos hacia Cuba”, declaró a la AFP el politólogo Patricio Navia, de la Universidad de Nueva York.
“El mensaje que saldrá de la cumbre de la Celac será fuerte, claro y previsiblemente crítico, pero tendrá poco efecto en la dirección del enfoque de Estados Unidos, que está conducido principalmente por la política doméstica”, dijo a la AFP Michael Shifter, presidente del Inter-American Dialogue, un centro de estudios de Washington.
El presidente cubano, Raúl Castro, encabezará el martes 28 y miércoles 29 de enero la II cumbre de los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Para el analista Arturo López-Levy, de la Universidad de Denver (Estados Unidos), este cónclave es el mayor “espaldarazo” regional al régimen comunista de la isla desde la revolución de 1959.
“Las relaciones con Cuba son un caso test para la voluntad de Estados Unidos de construir un nuevo multilateralismo con América Latina”, apuntó López-Levy.
En opinión de este experto, la reunión de la Celac en La Habana “sienta precedentes para el escenario diplomático de la cumbre de las Américas en Panamá el próximo año”. En la anterior cita celebrada en Colombia en 2012, los 33 países insistieron en que Cuba debe integrarse a ese foro, petición que Estados Unidos y Canadá rechazan tajantemente.