El israelí Dan Shechtman ganó hoy el Premio Nobel de Química 2011 por el descubrimiento de los cuasicristales, informó la Real Academia Sueca de Ciencias en Estocolmo.
“En los cuasicristales, hallamos reproducidos los fascinantes mosaicos del mundo árabe en el nivel atómico: patrones regulares que nunca se repiten a sí mismos”, indicó el Comité Nobel.
El descubrimiento de Shechtman en abril de 1982 desafió el concepto previo de que “en un sólido, los átomos están empaquetados en cristales con patrones simétricos que se repiten periódicamente una y otra vez. Para los científicos, esta repetición era necesaria con el fin de obtener un cristal”, añadió.
Desde entonces, los cuasicristales fueron producidos en laboratorios, pero también fueron encontrados en 2009 en un río ruso así como en una determinada forma de acero.
Dos años después del descubrimiento, en 1984, Shechtman y colegas que creyeron en sus datos, publicaron dos artículos científicos en los que describieron las propiedades especiales de los cuasicristales. Antes, el estudio había sido rechazado por una revista.
La comunidad científica sostenía que no era posible la existencia de un material con las características de los cuasicristales. “Pasó mucho tiempo hasta que el descubrimiento de Shechtman pasó por los filtros del sistema científico”, explicó Sven Lidin, miembro del Comité Nobel.
“Es un descubrimiento muy importante por el solo hecho de que sacude los fundamentos de las ciencias del estado sólido, (y) el hecho de que es opuesto a lo que sabíamos de antes”, indicó Lidin en una conferencia de prensa en Estocolmo. La mayoría de los expertos sostenían que sólo existían dos tipos de materiales sólidos: los cristales, con su estructura simétrica y muy regular, y las sustancias amorfas, como el vidrio.
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Los cuasicristales descubiertos por Shechtman no entraban en ninguna de estas dos categorías, ya que si bien tenían un orden, éste no era periódico, por lo que no podía existir. Shechtman trabajó con una aleación de aluminio y manganeso cuando se topó con los cuasicritales.
Este material contradecía las leyes básicas de la cristalografía. “El trabajo de Shechtman condujo a un cambio de paradigma en la química”, dijo Lars Thelander, otro miembro del Comité Nobel.
“Su trabajo fue recibido con escepticismo. Pero gracias a la gran calidad de sus datos se pudo superar el debate de opiniones”.
“Hemos hablado por teléfono con Shechtman por el premio. Estaba muy excitado y muy entusiasmado. Dijo que lo esperó durante mucho tiempo, pero que en realidad ya no tenía esperanzas” de obtenerlo, indicó por su parte el secretario permanente de la Real Academia Sueca de Ciencias, Staffan Normark.
Shechtman, quien trabaja en el Instituto de Tecnología de Israel (Technion) en Haifa, al igual que su esposa y uno de sus cuatro hijos, apuntó que se trta de un “día festivo para la ciencia de todo el mundo”.
Actualmente se están llevando a cabo numerosos estudios para la aplicación práctica de los cuasicristales.
Con una elaboración adecuada, se puede fabricar por ejemplo una aguja, que es muy fina y muy dura, pero al mismo tiempo no se puede romper. También hay aplicaciones en instrumental para cirugías oftalmológicas, así como revestimiento de materiales, como por ejemplo en las sartenes.
El premio está dotado con diez millones de coronas suecas (1,4 millones de dólares/1,1 millones de euros). La gala de entrega de premios se realiza el 10 de diciembre, en el aniversario del fallecimiento de Alfred Nobel.