El 12 de febrero de 2014 es una fecha que ya se recuerda con tristeza en Venezuela, Latinoamérica y el mundo. El día en que se debía celebrar a la juventud venezolana se lloraron tres muertos, decenas de estudiantes fueron heridos, jóvenes de todo el país aún permanecen detenidos y los enfrentamientos desiguales entre civiles y la Guardia Nacional Bolivariana no se han detenido. El #12F fue el día en que, mientras los estudiantes eran amenazados y heridos con armas de fuego, el gobierno de Nicolás Maduro censuraba a la prensa internacional que informaba sobre la violencia con que se trataba de contener a ciudadanos en franco ejercicio de sus derechos constitucionales.
El único espacio que permaneció intocado por el Gobierno de Maduro fue Twitter, la red donde miles de venezolanos alzaron la voz para contarle al mundo de los abusos y la represión que seguían sufriendo. Municipios como Caracas y Chacao se convirtieron en fortines de los estudiantes que sostienen su lucha pacífica contra la violencia, instaurada por colectivos armados plenamente identificados con el Gobierno de Maduro. En ciudades alrededor del país las manifestaciones continúan, son pacíficas y son reprimidas.
“La revolución no será televisada”, advirtió Gil Scott-Heron en su canción de 1970. Esta vez, la revolución en Venezuela fue tuiteada y el dolor de los venezolanos fue acompañado en todo el mundo a través de Twitter con etiquetas que aglutinaron el repudio al gobierno de Maduro y el apoyo a los estudiantes:
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Una red de información, como Twitter, también fue atacada por Maduro y sus funcionarios, al día siguiente, cuando bloquearon el servidor de imágenes de la red. Con certeza, se buscaba detener la difusión de imágenes de, por ejemplo, el cuerpo herido y luego sin vida de Basil Da Costa. Las comunidades que se gestan y se sostienen en redes como Twitter son fuertes, cohesionadas y forman opinión pública:
El día después del trágico #12F, grupos de hackers atacaron los sitios web gubernamentales y expusieron en ellos las imágenes de violencia que el Gobierno de Maduro trató de esconder, repitiendo el discurso del fascismo y la derecha, muletillas bien conocidas en países de Latinoamérica con líderes afines al socialismo castrista. Asimismo, se difundieron ampliamente las opciones que tenían los venezolanos para evadir la censura gobiernista en Twitter. Anonymus enseñó a los internautas cómo navegar con seguridad a través de redes privadas virtuales y servicios como Tunnel Bear se liberaron y se pueden usar gratis en Venezuela para evadir la censura.
El mundo ahora reza por Venezuela mientras cientos de miles de voces se levantan para protestar contra el exceso de violencia, la manipulación de la información y la censura auspiciada por el Gobierno de Nicolás Maduro. Organismos internacionales como Amnistía Internacional denuncian abiertamente los abusos de las fuerzas oficiales mientras que la ONU ya ha pedido que se investiguen las muertes, los hechos de violencia y la intimidación que han sufrido los equipos periodísticos en territorio venezolano. Mientras tanto, el Gobierno sigue convocando a marchas “por la paz”, sin desarmar a sus comandos (que usan armas de fuego) y sin detener a las fuerzas policiales que atacan a los manifestantes con gases lacrimógenos.
#PrayForVenezuela seguirá haciéndose fuerte. The Revolution will be tweeted.