Varias organizaciones de mujeres también expresaron su protesta en el Día del Trabajo. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Unas 118 millones de mujeres en situación de pobreza, retroceso sin precedentes en la tasa de ocupación y aumento de la violencia machista es el legado más visible dejado en América Latina y el Caribe por la pandemia que estalló en 2020 y que sigue azotando a esta región, la de mayor desigualdad en el mundo.
Tras un año de pandemia “podemos comprobar que las consecuencias para las mujeres han sido desproporcionadamente negativas”, dijo en una entrevista con Efe la directora regional para América Latina y el Caribe de ONU Mujeres, María-Noel Vaeza.
“La crisis provocada por la pandemia ha demostrado los grandes desafíos que tenemos como sociedades, haciendo más evidentes las desigualdades de género: las mujeres son las más afectadas por el aumento del desempleo, la pobreza y la sobrecarga de cuidados no remunerados”, sostuvo la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
Menos trabajo decente y más pobreza
Producto del cierre comercial y las restricciones de movilidad para frenar el avance del nuevo coronavirus, la pandemia provocó “una recesión económica que revertirá los avances en la reducción de la pobreza”, pues a finales del año pasado unas “23 millones de mujeres se adicionaron a la pobreza, para un total de 118 millones”.
El producto interno bruto (PIB) de América Latina y el Caribe se contrajo un 7,7 % en 2020 y la tasa de desocupación regional llegó al 10,7 % (+2,6 % respecto a 2019), según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La pandemia de la covid-19 produjo “un retroceso de 10 años en la participación femenina en el mercado laboral”, pues en 2020 esta “cayó 6 puntos porcentuales” en comparación con 2019, dijo Vaeza.
Respecto al trabajo doméstico, que supone entre el 10,5 % y el 14,3 % de los empleos de mujeres en la región, “más del 70 % estuvieron afectadas por las medidas de cuarentena, sus ingresos disminuyeron o desaparecieron”.
A raíz del cierre de las escuelas en Latinoamérica, el más prolongado del mundo, las mujeres asumieron “gran parte del trabajo no remunerado adicional en el hogar”, y esta sobrecarga afectó “principalmente a las mujeres en los hogares más pobres, (con) hasta 39 % más del tiempo”.
Pero esto no ha sido una situación nueva: antes de la pandemia las mujeres de la región dedicaban más del triple de tiempo al trabajo no pago que los hombres, recordó la directora de ONU Mujeres.