A Juan Manuel lo acompañan y protegen todos los santos desde que decidió dejar el tiempo que dedicó al periodismo.
Desde entonces resolvió dedicarse a exterminar a la guerrilla de las Fuerzas Desarmadas Revolucionarias, que ahora, gracias a él más que a su ex jefe Uribito, se encuentran totalmente desfarcadas.
Cuentan que cuando Juan Manuel era pequeñito tenía un chimpancé de peluche que cada vez que le accionaba un mecanismo decía “jojoy, jojoy”.
Y eso al niño Santos le molestaba mucho. Cuentan también que siendo Juan Manuel muy chiquito tenía el ideal de convertirse en ‘Tirofijo’, pero en el ‘Tirofijo’ de la derecha colombiana.
Gracias a todo eso, ahora es el máximo emperadorcito de su patria, como solía decirle Correíta antes de que se hicieran panas.
Y a propósito de panas, como les está yendo tan bien con la estrategia del martillo y el yunque, dicen que Santos y Rafa están pensando instalar una muy surtida ferretería en plena frontera.